Este es el aspecto real de la bella hija de Moctezuma y amante de Hernán Cortés: así era realmente la última princesa azteca

A la hora de realizar un recorrido temporal de la historia fundacional del país, no caben dudas que no sólo los nombres de Hernán Cortés y Moctezuma aportan un gran significado a la Conquista de México, sino también el de la amante del conquistador e hija del emperador mexica: Isabel de Moctezuma.

El vínculo histórico que supieron tener el español y el mexicano se situó más allá de la relación fraternal construida al principio de la época, y que concluyó por estropearse tras la muerte del Tlatoani y la caída de la Gran Tenochtitlán.

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La unión de aquellos mundos tan dispares logró concretarse cuando la última princesa azteca se convirtió en la amante de Cortés, con quien procreó una hija que resultó ser su más grande pesar, según las crónicas.

¿Cuál era su verdadero nombre?

Al hablar de la conquista española, el nombre de Isabel de Moctezuma resuena en todos los libros de historia de México, por tratarse de la única heredera de Moctezuma II y la última princesa mexica.

Nacida alrededor de 1509 y conocida como Tecuichpo, fue la hija predilecta del emperador. A lo largo de su vida sufrió la pérdida de varios maridos, lo que la llevó a cosechar una extensa lista de matrimonios.

Con la llegada del conquistador Hernán Cortés a tierras mexicanas, se dice que fue el mismo padre de la mujer quien le pidió encargarse del futuro de su hija, tras enviudar por tercera vez. 

Lo primero que hizo el español fue bautizarla por la fe católica y cambiarle su nombre. La princesa pasó a llamarse doña Isabel Moctezuma: Isabel por la reina católica (Isabel I de Castilla), Moctezuma para reconocer su legado real indígena y doña para introducirla a la nobleza española. 

Su matrimonio con un noble español simbolizó la unión entre aquellos dos mundos tan distintos a partir de la fusión de las culturas indígena y española.

¿Cómo era físicamente la hija de Moctezuma II?

Las crónicas de la época la retratan con una belleza inexplicable que escondía detrás más que meros rasgos físicos. "Es su rostro algo parecido al de los castellanos e su piel con matiz de india; sus ojos grandes de mirar apenado, e negros; su nariz aguileña, la boca chica", dejan entrever.

Los mismos relatos históricos se explayan en ese sentido y aseguran: "Digiérase que tiene el corazón en los labios, pues tal es su forma y el amor que pone en todos sus dichos e palabras."

Cabe destacar que a lo largo de su vida apoyó por medio de los agustinos la conversión de los indígenas. Incluso, hacia rezar a sus muchos criados, todos indígenas liberados por orden de su testamento.

La hija que tuvo con su amante conquistador recibió el nombre de Leonor, a quien nunca la quiso, de acuerdo a las diversas fuentes arraigadas a la historia de México.

Isabel falleció en julio de 1550, rica, muy influyente y habiendo colaborado generosamente a la construcción de la Ciudad de México. Tras su muerte, Cortés hizo todo lo posible para que Leonor recibiera una buena parte de la herencia de la princesa mexica.