El descubrimiento de un yacimiento de litio en la Caldera de McDermitt, una formación volcánica ubicada entre Nevada y Oregon, Estados Unidos, podría representar un punto de inflexión en la industria de energías limpias. Con cerca de 120 millones de toneladas, la reserva supera ampliamente las cifras de las ubicadas en Sudamérica.
En concreto, la magnitud del depósito permitiría reducir la dependencia estadounidense de las importaciones extranjeras, principalmente de países como Chile, Argentina y China, que actualmente lideran el mercado global del litio.
Estados Unidos: ¿Por qué la Caldera de McDermitt concentra tanto litio?
La Caldera de McDermitt se formó hace 16,4 millones de años tras una violenta erupción volcánica. Con el tiempo, el lugar acumuló sedimentos ricos en minerales. El litio, en particular, se concentra en la zona de Thacker Pass que presente una capa de arcilla llamada illita donde precisamente se concentra el litio en cantidades inusualmente altas.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science Advances, las muestras analizadas en Thacker Pass contenían hasta un 2,4% de litio, mientras que el promedio global es de apenas 0,4% en otros depósitos similares.
¿Cómo se explica esta concentración? Los científicos sugieren que es fruto de un doble proceso geológico: primero, el agua de un antiguo lago extrajo litio de las cenizas volcánicas; luego, la actividad hidrotermal transformó la arcilla esmectita en illita, enriqueciendo aún más el contenido del mineral.
Se estima que el valor económico potencial de esta reserva alcanza los 413 mil millones de euros, lo que equivale a más de 471 mil millones de dólares. Este volumen de litio podría tener un impacto decisivo en la producción mundial de baterías, tanto para vehículos eléctricos como para dispositivos electrónicos.
El impacto ambiental de la explotación del yacimiento de litio
Mientras que en lo económico la explotación de Thacker Pass podría abaratar los costos de producción de baterías de ion-litio y hacer más accesibles las tecnologías basadas en energías renovables ubicando a Estados en una posición de privilegio, también acarrea riesgos ambientales.
En efecto, si bien Thacker Pass podría asegurar el suministro estratégico de litio para Norteamérica hasta 2040, los daños podrían ser graves. En ese sentido, y aún cuando un juez federal haya autorizado el avance de la mina, científicos y organizaciones alertan la alteración de ecosistemas, la contaminación del suelo y el agotamiento de fuentes de agua subterránea.
A pesar del uso de técnicas más modernas -menos invasivas que las piscinas de evaporación utilizadas en Sudamérica-, expertos advierten que la extracción de litio en Thacker Pass podría liberar metales pesados como potasio, flúor, rubidio y cesio. Estos elementos, presentes en los fluidos hidrotermales que originaron la illita, representan un riesgo si no se controlan adecuadamente.