La primera semana de septiembre, una noticia sacudió a la industria mundial del entretenimiento: la Disney había comprado a la Marvel. La empresa propietaria de Mickey pagó 4.000 millones de dólares para quedarse con el Hombre Araña, Hulk, Iron Man y miles de personajes más propiedad de una de las fábricas de historietas más efectivas del planeta. Ese titular tomó por asalto a Hollywood pero no termina de explicar ni las implicancias de esta adquisición ni el entramado de dos de las compañías con mayor impacto en la cultura masiva de las últimas décadas. Y como el acuerdo fue súper secreto, el sistema sólo pudo reaccionar frente al hecho consumado.
La Disney es vista por padres (y niños) como una fuerza benéfica que nos trae dibujitos animados, juguetes y parques de diversiones. Esa percepción es irreal y habla de la férrea mano de quienes manejan a la empresa: The Walt Disney Company es probablemente la corporación de medios más grande del mundo, poseedora de infinidad de canales de TV, cadenas de aire y cable, estudios de cine, once parques de diversiones y radios en todo el planeta. Sus ingresos en 2008 superaron los 37.000 millones de dólares a pesar de la terrible crisis que sacude a la industria. Sin embargo, la imagen de la Disney es manejada con tal inteligencia y cuidado que nadie piensa en semejante estructura cuando habla de la empresa. La compañía también tiene divisiones de contenidos para otros públicos como la productora de películas Miramax, responsable de largometrajes sangrientos como ‘Kill Bill‘ o polémicos como ‘La Duda‘. Por supuesto, quien va a ver cualquiera de estas dos películas para adultos jamás ve el logotipo del castillito o el nombre del tío Walt en los títulos. Donde muchos distinguen un reino quienes critican estos contenidos solo ven un imperio, pero el músculo corporativo de esta gente es innegable.
Marvel Entertainment es una empresa formada hace muchos menos años que la Disney (nacida en 1923), pero su historia es mucho más convulsionada. Marvel Entertainment es el fruto de la unión entre una compañía fabricante de juguetes (Toy Biz) y la editorial de historietas de súper héroes Mavel, nacida originalmente en 1939.
Marvel tomó el lugar de líder en el campo de los comics en los años ‘60, cuando el director editorial y guionista Stan Lee agarró sus riendas creativas. En un mundo donde los encapotados no tenían defectos, Lee inventó héroes neuróticos, con problemas, miedo al rechazo y hasta disfunciones sexuales. Entre sus creaciones están El Hombre Araña, Hulk, Thor, los X-Men, Iron Man y los Cuatro Fantásticos. A pesar de que Lee lleva décadas sin ser parte de la empresa, su legado está más que presente en cada uno de los 7.000 personajes propiedad de la editorial.
En las ultimas tres décadas, la Marvel pasó de mano en mano y de inversor en inversor, con constantes peleas en sus directorios, juicios y contra demandas. Hoy su presidente es Isaac Perelmutter. Desde 2005 Perelmutter reconstruyó su valor como marca y así sus propiedades terminaron trayéndole enormes beneficios y cierta estabilidad. Hay que pensar que los negocios de la empresa incluyen no solo el campo editorial si no también video juegos, series animadas, licencias de productos, juegos en parques de diversiones y hasta co-producciones de cine. Justamente la compañía generó, genera y está generando una cantidad impresionante de dinero a través de las películas de sus súper héroes producidas por algunos de los grandes estudios de Hollywood pero hasta ahora no con la Disney. Veamos: los Cuatro Fantásticos, los X-Men y Wolverine se hicieron junto a la 20th Century Fox; Hulk con Universal; Blade con Warner; Punisher y El Hombre Araña con Sony; Iron Man, Thor, Capitán America y Los Vengadores con la Paramount...
Perelmutter tomó control de todos los personajes que la compañía tenía levemente abandonados y fue ‘alquilándolos‘ a productores de cine o generando su propia estructura de producción. Esa decisión le dio más de 600 millones de dólares el año pasado.
¿Pero por qué la Disney va tras la Marvel? ¿Sólo por los potenciales ingresos? Esa respuesta sería demasiado lineal.
A mediados de los años ‘90 hubo negociaciones entre las dos corporaciones para tratar de unirse. Cuando Bob Iger pasó a ser la cabeza de la Disney en 2000, tomó la decisión de avanzar por la empresa acompañado de un período de ganancias excepcionales. El ‘casamiento‘ le abre un nuevo mercado a la compañía del ratoncito, el de los adolescentes que no están enamorados de la Sirenita. Es decir, The Walt Disney Company adquiere los contenidos de Marvel y su capacidad de crear nuevos productos para un grupo de consumidores/espectadores a los cuales aun no puede alcanzar demográficamente. Todavía quedan puntos por limar de esta unión, pero lo que se sabe es que Perelmutter sigue manejando el tren, que aún no está claro cómo se va a resolver parte de los ecos legales de este matrimonio, los limites de los personajes que Marvel ya licenció a otros estudios y cuándo vamos a ver los primeros frutos de este vinculo.
En la otra esquina está otro pulpo, la Warner, dueña de la legendaria competencia de la Marvel: DC comics. Entre sus creaciones están Batman, Superman, Flash, la Mujer Maravilla, Linterna Verde, y Flecha Verde, entre miles. A las pocas semanas del anuncio de la unión Marvel-Disney, Warner declaró que la DC iba a reestructurarse como una usina de películas, series, animación e historietas de súper héroes. ¿Se viene la madre de todas las batallas de encapotados y enmascarados? Solo si las grandes corporaciones se atreven.