Existe un destino entre puentes de piedra, calles empedradas y rutas de senderismo, ideal para los amantes de la tranquilidad y la naturaleza. Se trata del pequeño municipio de Beget, con poco más de 20 habitantes, y catalogado entre los más bonitos de España.
La localidad ha mantenido su esencia durante años gracias a un acceso alejado de los grandes circuitos, y un cuidado exquisito de su patrimonio. Conocidos sus orígenes en plenaEdad Media, el pueblo ha crecido alrededor de la Iglesia de Sant Cristòfol de Beget (s.X-XIII).
Asimismo, Beget se encuentra en la Alta Garrotxa, un Espacio de Interés Natural que abarca zonas prepirenaicas de tres comarcas: Garrotxa, Ripollès y Vallespir, aunque pertenece al término municipal de Camprodon.
Además, es un punto de partida de muchas rutas para senderistas y de ciclistas de montaña, que paran en sus restaurantes, para disfrutar de una comida tradicional catalana, donde los protagonistas son los productos de la zona.
Beget: qué hacer y qué ver en el pueblito medieval
Puente de Beget
Data posiblemente del siglo XIV y es uno de los símbolos más representativos del pueblo. Une dos sectores de la localidad y conduce hacia una pequeña plaza donde convergen antiguos caminos, como el de Francia y el de la Fuente.
Casas tradicionales
Construidas en piedra picada o madera, destacan por su integración con el paisaje. Muchas de ellas se levantan entre rocas y muestran la esencia medieval que caracteriza a Beget.
Entorno natural y rutas de senderismo
Beget es punto de partida de recorridos que atraviesan paisajes únicos de la Alta Garrotxa y conectan con espacios como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, ideal para excursionistas y ciclistas de montaña.
Cascada de Roca de Finestres
Una espectacular caída de agua rodeada de vegetación que se ha convertido en uno de los lugares más visitados. Es perfecta para quienes buscan combinar deporte, naturaleza y tranquilidad.
Beget: cómo llegar en auto desde Barcelona
El trayecto en coche desde Barcelona hasta Beget dura alrededor de dos horas y quince minutos, y combina autopistas rápidas con carreteras de montaña que anticipan la belleza de este rincón medieval. El viaje comienza saliendo de la ciudad por la Gran Via de les Corts Catalanes y la C-31, para luego incorporarse a la B-10 a la altura de Sant Adrià de Besòs.
Desde allí, la ruta sigue hacia el norte por la C-17 en dirección a Ripoll, un recorrido de poco más de una hora. Una vez en la zona prepirenaica, el camino continúa por la C-26 y la N-260, hasta enlazar con la C-38. El último tramo se realiza por la estrecha carretera GIV-5223, que atraviesa un paisaje de montaña antes de desembocar en el núcleo histórico de Beget.