

El escenario político español suma dos episodios que reavivan el clima de tensión institucional y partidaria. Por un lado, el PSOE se dispone a entregar a la Audiencia Nacional el detalle de sus pagos en efectivo entre 2017 y 2024, tras un requerimiento emitido en el marco de una pieza separada del caso Koldo.
Por otro, el exministro José Luis Ábalos sostiene que existió en 2018 una reunión entre Pedro Sánchez y Arnaldo Otegi para negociar la moción de censura que llevó al socialista al poder, un encuentro que el Gobierno y el líder abertzale desmienten con firmeza.
En su comunicado, el PSOE subraya que el partido no está siendo investigado y ratifica que la documentación solicitada será aportada sin objeciones.
Paralelamente, la declaración pública de Ábalos añade tensión a la víspera de una decisión clave del Tribunal Supremo, que debe definir si revisa sus medidas cautelares ante la petición fiscal de imponerle penas elevadas por el caso Koldo.
¿Qué implica la entrega de los pagos en efectivo solicitados por la Audiencia Nacional?
El requerimiento del juez Ismael Moreno surge en el marco de la investigación sobre los abonos en metálico que el partido habría efectuado a José Luis Ábalos y a su exasesor Koldo García.
El PSOE confirmó que responderá con la relación detallada de esos movimientos financieros, insistiendo en que todos los pagos poseen respaldo documental y trazabilidad verificable. Remarcó también que las cuentas partidarias atraviesan controles internos y auditorías externas.

La formación socialista recalcó que no existen descuadres ni operaciones sin registrar, un mensaje destinado a desactivar cualquier sospecha antes de la presentación de la documentación.
En paralelo, el partido reiteró que mantiene una política de tolerancia cero ante indicios de corrupción, en un intento por blindar su imagen en un contexto judicial incómodo pero aún ajeno al núcleo de su estructura formal.
Este gesto de colaboración busca transmitir normalidad institucional. Sin embargo, la proximidad del caso Koldo y las implicaciones políticas del mismo mantienen latente un clima de escrutinio sobre antiguas gestiones del partido, especialmente en el periodo pandémico y las contrataciones vinculadas al suministro de mascarillas.
¿Cómo impacta la afirmación de Ábalos sobre una reunión negada por Sánchez y Otegi?
La declaración del exministro añade un ingrediente político explosivo. Ábalos afirmó que, según “fuentes presenciales”, en 2018 se celebró en el País Vasco una reunión entre Pedro Sánchez, Arnaldo Otegi y Santos Cerdán para negociar la moción de censura contra Mariano Rajoy.
El señalamiento cobra relevancia debido al momento judicial que atraviesa: este jueves el Tribunal Supremo evaluará el pedido de la Fiscalía para endurecer sus medidas cautelares y abrir la puerta a su ingreso en prisión.

La Presidencia del Gobierno negó categóricamente la existencia de aquella reunión, destacando que Sánchez jamás se reunió con Otegi. Desde la izquierda abertzale también rechazaron la versión.
La supuesta cita habría tenido lugar en un caserío al que los participantes habrían llegado desde Bilbao en un vehículo conducido por Koldo García, según la información que difundió previamente un medio digital.
La afirmación de Ábalos tensiona aún más su relación con la dirección socialista y alimenta la especulación política. El exministro, ya desvinculado del PSOE, aparece situado en un punto crítico de una causa judicial que lo expone.
Su mensaje en redes irrumpe en un momento especialmente sensible y abre interrogantes sobre sus intenciones y sobre el impacto que estas revelaciones puedan tener en el tablero político nacional.









