Con la nueva Ley Europea de Accesibilidad, retirar dinero en efectivo será más sencillo que nunca. El próximo 28 de junio entra en vigor una de las principales medidas de la Ley 11/2023, que obliga a las entidades financieras a rediseñar la experiencia del usuario para asegurar que las personas mayores o con discapacidad puedan realizar operaciones bancarias sin enfrentarse a impedimentos por su condición física o intelectual.
Así lo han confirmado la Asociación Española de la Banca (AEB), la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC), que se han unido con el fin de garantizar "la adaptabilidad, accesibilidad y sencillez" a través de un "lenguaje y vista simplificados, con el menú de las operaciones más frecuentes del cliente o cualquier otra medida de similar efecto".
La nueva normativa se aplicará tanto a los cajeros nuevos como a los que ya están en uso, que deberán adaptarse en un plazo máximo de diez años.
Confirmado por CaixaBank | Cambian todos sus cajeros automáticos por la nueva Ley de Accesibilidad
Desde CaixaBank han confirmado a este medio que los nuevos cajeros automáticos instalados este año ya están adaptados en lo que respecta al hardware: se colocan a una altura adecuada para facilitar el acceso físico a todas las personas.
En paralelo, la entidad está trabajando en la actualización del software del resto del parque de cajeros. Este proceso, que se realiza de forma progresiva, busca adaptar todas las pantallas a los nuevos estándares. Como el software es común para todos los dispositivos, ya sean nuevos o antiguos, el cambio se irá implementando poco a poco, comenzando por las operaciones más habituales, como la retirada de efectivo con tarjeta para clientes de la entidad.
CaixaBank también ha incorporado mejoras basadas en las recomendaciones de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Entre ellas, "se habilitó la posibilidad de usar menús accesibles con la tarjeta a través del contactless del cajero automático. Estos menús permiten realizar operaciones básicas como reintegros, consultas de extracto o ingresos", según detalló una fuente de la entidad en diálogo con El Cronista.
En la misma dirección, la entidad ha sumado una función para ajustar el contraste de la pantalla, que los clientes pueden activar directamente desde el cajero. Esto permite visualizar la información con letras más grandes y en blanco y negro para así facilitar la lectura. Asimismo, se ha implementado un menú con navegación guiada por voz, pensado especialmente para personas con discapacidad visual.
"Hay diez años para cumplir y adaptar todo el parque de cajeros automáticos en materia de hardware", añadieron desde el banco español.
Requisitos de los nuevos cajeros automáticos
La ley elimina cualquier margen para la improvisación y establece una serie de medidas para que retirar dinero, consultar el saldo o realizar una transferencia no requiera asistencia externa. Estas son las principales:
- Guías sonoras activadas automáticamente al conectar los auriculares.
- Brillo automático, con sensores que regulan la visibilidad según el entorno.
- Conexión para auriculares, que permite seguir las instrucciones por voz en privado.
- Interfaz simplificada, pensada para quienes no están familiarizados con la tecnología.
- Botoneras con relieve, útiles para personas con discapacidad visual o movilidad reducida.
- Pantallas tamaño adecuado y alto contraste, adaptadas para personas con visión reducida y condiciones de luz adversas.
- Tipografías sencillas e iconos reconocibles, que eliminan la complejidad visual y mejoran la experiencia de personas mayores o con dificultades cognitivas.
Las entidades bancarias están obligadas a informar a sus clientes sobre cuáles cajeros ya cumplen con los nuevos estándares y cuáles aún están pendientes de adaptación, para que así puedan identificar de antemano los puntos que les resulten más accesibles.
Actualmente, en España hay alrededor de 47.000 cajeros automáticos e introducir los cambios para conseguir la máxima accesibilidad está entre los 1500 y los 3000 euros por unidad.