

El Vaticano cerró el año 2024 con un beneficio neto de 62,2 millones de euros, lo que representa un aumento del 35% respecto a 2023, según informó la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA).
La Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) fue fundada en 1967 por el papa Pablo VI. Su función principal es la de gestionar los bienes inmuebles y las inversiones financieras del Vaticano, y se encarga de proveer los recursos necesarios para el funcionamiento de la Curia Romana, el sostenimiento del Santo Padre y las actividades generales de la Iglesia católica.
Este resultado, considerado por las propias autoridades vaticanas como uno de los mejores en los últimos años, se debe principalmente al rendimiento de sus más de 5400 propiedades inmobiliarias y sus inversiones financieras.
Del total de bienes inmuebles, 4234 están en Italia, con una altísima concentración en Roma y alrededores. El resto, alrededor de 1200 propiedades, se encuentran en ciudades estratégicas del exterior como París, Ginebra, Lausana y Londres, lo que revela una gestión global y diversificada del patrimonio de la Iglesia.
El informe publicado por la APSA señala que "el Vaticano activa su cartera con el objetivo de diversificar las inversiones y distribuir el riesgo", una estrategia que parece haber dado resultado frente a las tensiones presupuestarias que arrastra la Curia romana desde hace años.

Propiedades del Vaticano: ingresos y destino del dinero
De los 62,2 millones de euros ganados en 2024, 38,1 millones provinieron de inversiones, según detalla el balance oficial de la APSA. Este resultado permitió a la Santa Sede afrontar parte del déficit estructural de su administración central.
En concreto, la APSA "transfirió 46,09 millones de euros para su uso en el presupuesto general del Vaticano como contribución extraordinaria para cubrir las necesidades financieras de la Santa Sede y el déficit de la Curia romana", informó la agencia EFE.
El presidente de la APSA, arzobispo Giordano Piccinotti, valoró de forma muy positiva los resultados del año: "Uno de los mejores balances de los últimos años", declaró en declaraciones a los medios vaticanos.
Caída de donaciones y medidas del papa Francisco
Pese a los buenos resultados, la situación financiera de fondo sigue siendo delicada. Según datos preliminares del balance de 2023, el déficit operativo de la Santa Sede fue de 83 millones de euros, cinco millones más que el año anterior.
Los expertos vaticanos advierten que el desequilibrio podría aumentar en los próximos años por la caída de las donaciones de fieles y benefactores.
Ante este escenario, el papa Francisco tomó medidas concretas. En una de sus últimas decisiones antes de la elección del nuevo pontífice León XIV, instituyó una comisión con el objetivo de "fomentar las donaciones con campañas especiales", con especial énfasis en reforzar el Óbolo de San Pedro, el fondo que financia las obras de caridad del papa.
En junio pasado, ya con el nuevo papa en funciones, el Vaticano lanzó una campaña de comunicación para recoger donaciones, en un intento por frenar la tendencia a la baja en los ingresos provenientes del apoyo económico de los fieles.














