

Una investigación reciente ha reconfigurado la comprensión que se tenía del entorno inmediato del Sistema Solar con un hallazgo increíble. Lejos de ser un espacio aislado, se plantea ahora que podría estar conectado con otras regiones del cosmos mediante estructuras invisibles, similares a corredores de gas caliente.
Hallazgo: una puerta cósmica oculta en la Burbuja Local Caliente
Gracias a los datos del telescopio de rayos X eROSITA, lanzado desde el punto L2 -a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra-, un equipo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre hizo un hallazgo alucinante. Pudo mapear en tres dimensiones una cavidad de gas ionizado que rodea al Sistema Solar desde hace millones de años: la Burbuja Local Caliente (LHB, por sus siglas en inglés). Aunque su existencia ya era conocida, el nuevo nivel de detalle obtenido por eROSITA ha sido clave para detectar lo que podría describirse como una auténtica puerta cósmica.

El hallazgo más llamativo ha sido la presencia de un túnel de gas caliente que atraviesa esta burbuja y se proyecta hacia la constelación de Centauro. Lejos de tratarse de un fenómeno como los agujeros de gusano teorizados en la ciencia ficción, se trata de un corredor físico real, donde el gas puede desplazarse con menor resistencia a través del medio interestelar.
Este canal, junto con otro identificado anteriormente en dirección a Canis Major, sugiere la existencia de una red interconectada de túneles cósmicos, probablemente formados por antiguas explosiones de supernovas, vientos estelares y actividad generada por estrellas jóvenes. En palabras del equipo investigador, esta red podría funcionar como una "autopista galáctica" para la materia y la energía.
El Sistema Solar, en el centro de una red galáctica
Aunque la Burbuja Local Caliente no es un descubrimiento reciente -se estima que se formó hace unos 14 millones de años tras una cadena de supernovas-, lo verdaderamente novedoso es la imagen tridimensional detallada obtenida por eROSITA. Esta ha revelado no solo su extensión hacia los polos galácticos, sino también diferencias térmicas significativas entre el norte y el sur.

Estas anomalías térmicas, junto con zonas de menor densidad en la burbuja, han llevado a los científicos a reconsiderar el papel de la LHB dentro de la estructura galáctica. El túnel recién identificado parece actuar como un conducto térmico, facilitando el intercambio de energía entre distintas regiones del espacio.
Todo apunta a que el Sistema Solar no se encuentra en una región aislada, sino inmerso en una compleja red de canales y cavidades que podrían redefinir la comprensión del vecindario cósmico. Tal como han señalado los investigadores del Instituto Max Planck, "la Vía Láctea podría estar salpicada de estas estructuras conectadas", una hipótesis que abre una nueva etapa en el estudio del medio interestelar.












