Durante más de un siglo, los geoglifos de Nazca son uno de los misterios arqueológicos más estudiados del mundo. Figuras enigmáticas dibujadas en la arena del desierto peruano, que permanecían en gran parte ocultas a pesar de décadas de exploración. Hoy, la tecnología logró lo que parecía imposible: en apenas seis meses, un sistema de inteligencia artificial permitió identificar cientos de nuevas formas en el terreno.
El descubrimiento, liderado por el Instituto de Nazca de la Universidad de Yamagata (Japón) junto a IBM Research, casi duplicó el registro conocido de figuras, ofreciendo nuevas pistas sobre las creencias y costumbres de la cultura Nazca.
Más de 300 nuevas figuras en el desierto
El equipo científico confirmó el hallazgo de 303 nuevos geoglifos, entre los que se encuentran representaciones humanas, animales domésticos, escenas simbólicas y formas geométricas. Muchas de ellas están vinculadas a recorridos ceremoniales, lo que refuerza la idea de que los Nazca utilizaban estas figuras como parte de sus rituales religiosos y sociales.
Lo llamativo no es solo la cantidad, sino la velocidad: mientras que los descubrimientos anteriores habían tomado décadas de trabajo manual, este avance se logró en tan solo medio año gracias a la tecnología de IA aplicada sobre imágenes aéreas de drones y satélites.
IBM y la arqueología del futuro
El modelo de inteligencia artificial fue entrenado para reconocer patrones sutiles en el terreno, invisibles al ojo humano. Según explicó el profesor Masato Sakai, líder del proyecto, la herramienta permitió filtrar miles de imágenes en un tiempo récord y seleccionar aquellas con mayor probabilidad de contener geoglifos.
IBM aportó el desarrollo tecnológico y la capacidad de procesamiento, que hizo posible examinar grandes volúmenes de datos en semanas. El trabajo de campo posterior, realizado por el equipo arqueológico, confirmó la autenticidad de las figuras detectadas.
Un hallazgo que redefine la investigación en Nazca
Este avance representa un punto de inflexión para la arqueología. No solo porque amplía el catálogo de figuras conocidas en Nazca, sino porque demuestra cómo la inteligencia artificial puede acelerar procesos que, hasta ahora, requerían generaciones enteras de investigadores.
Los nuevos geoglifos no solo enriquecen el patrimonio cultural del Perú, sino que también plantean nuevas preguntas: ¿qué significados ocultos guardan estas figuras?, ¿cómo se relacionaban con la vida diaria y las creencias de los antiguos Nazca?
Lo cierto es que, con el impulso de la tecnología, enigmas que parecían eternos comienzan a encontrar respuestas. Y el desierto de Nazca, una de las mayores incógnitas de la arqueología mundial, empieza a revelar sus secretos más rápido que nunca.