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La combinación de cáscara de naranja con vinagre blanco es un truco casero muy difundido como limpiador multiuso. El ácido acético del vinagre, sumado a los aceites esenciales cítricos (como el d-limoneno) presentes en la cáscara, contribuye a remover grasa, neutralizar olores y aportar brillo sin productos químicos fuertes.

En contextos de ahorro y hábitos de limpieza sustentable, muchos hogares reutilizan estas cáscaras que antes se desechaban, obteniendo un limpiador económico, con aroma natural y útil para tareas diarias.

Cómo preparar correctamente la mezcla

Colocá en un frasco de vidrio cáscaras limpias de naranja (sin restos de pulpa) y cubrilas con vinagre blanco. Cerrá el envase y dejá reposar 10 a 14 días en un sitio oscuro; luego colá y diluí 1:1 en agua para usarlo como limpiador diario. Si querés, agregá unas gotas de aceite esencial cítrico para intensificar el perfume.

Aplicá la solución en superficies no porosas como acero inoxidable, vidrio, grifería y horno microondas. También funciona para tachos de basura, heladeras y baños. Evitá usarla sobre mármol, granito, piedra caliza, madera sin sellar y pantallas electrónicas.

Precauciones y advertencias

No mezclar con lavandina (cloro). Probá siempre antes en un lugar pequeño y discreto. Guardá el producto rotulado, lejos del alcance de niños y mascotas. Si tenés piel sensible, utilizá guantes. La infusión concentrada dura hasta 3 meses bien cerrada; la diluida, alrededor de 4 a 6 semanas.

Para qué sirve exactamente

Usos prácticos del limpiador casero:

  • Cocina: elimina grasa en hornallas, campanas y azulejos.
  • Olores: para tachos, heladeras y desagües.
  • Vidrios y acero: aporta brillo y disminuye marcas.
  • Repelente suave: el aroma cítrico ayuda a alejar hormigas con limpieza frecuente.
  • Baño: útil para sarro leve en griferías y cerámicos.
  • Pisos lavables: diluir más (1 parte de concentrado por 3-4 de agua).