

La política de paz total vuelve a moverse en Colombia. En medio de la tensión que dejó la ruptura con el ELN, el presidente Gustavo Petro reabrió una puerta que parecía clausurada: la del diálogo. Su mensaje, publicado en redes, mezcla desafío y esperanza, en un contexto donde la violencia no ha dado tregua.
"Es hora de reiniciar los contactos con el ELN", escribió el mandatario, en una frase que resuena tras meses de enfrentamientos en el Catatumbo y de acusaciones cruzadas. Sin detallar fechas ni mecanismos, el jefe de Estado tendió un nuevo puente hacia una guerrilla que ha sido uno de los principales obstáculos para consolidar la paz total.
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El llamado de Petro llega tras semanas marcadas por juicios, condenas y tensiones internas dentro del grupo insurgente. Sin embargo, el contexto es distinto: esta vez, el presidente invita al Ejército de Liberación Nacional a "probar la paz" mientras avanza otro proceso paralelo con el Clan del Golfo bajo mediación internacional.
Diálogos con el ELN: Petro busca "probar la paz" tras la ruptura en el Catatumbo
Las negociaciones con el ELN comenzaron en noviembre de 2022 y fueron suspendidas el 17 de enero de 2025, cuando el Gobierno acusó a la guerrilla de cometer crímenes de guerra en el Catatumbo. En esa región fronteriza con Venezuela, los enfrentamientos entre el ELN y una disidencia de las FARC dejaron cerca de cien muertos y miles de desplazados.

En julio, Petro dio por rotos los diálogos al asegurar que el grupo "atacó a sangre y fuego a civiles", lo que a su juicio demostraba una falta total de voluntad. Ahora, su llamado pretende abrir un canal de confianza que restaure la agenda política y humanitaria interrumpida hace casi diez meses.
El Clan del Golfo y Catar: la otra vía de la paz total
Paralelamente, el Gobierno mantiene conversaciones con el Clan del Golfo, la mayor estructura criminal del país, con la mediación de Catar. En septiembre, ambas partes firmaron un acuerdo en Doha para desarrollar un plan piloto de sustitución de cultivos ilícitos en zonas del Chocó y de Antioquia, regiones golpeadas por la violencia rural.
En esos municipios -Mutatá, Acandí, Belén de Bajirá, Riosucio y Unguía-, el Clan del Golfo, también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), mantiene control territorial heredado de las antiguas AUC. Petro ve en ese diálogo una segunda oportunidad para avanzar en la paz total y demostrar que la negociación, y no la guerra, puede marcar el rumbo del país.









