El fenómeno de La Niña regresa en 2025 y con él, se pronostican cambios significativos en los patrones climáticos deColombia. Este evento meteorológicoha despertado preocupación debido a sus posibles efectos en las lluvias, sequías y hasta el suministro de energía.
La información es clave para comprender lo que podría ocurrir y cómo prepararse.
¿Qué es el fenómeno de La Niña y cómo afecta al clima?
La Niña es un evento climático que se caracteriza por el enfriamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico ecuatorial. Este cambio altera los patrones meteorológicos globales, generando lluvias intensas en algunas regiones y sequías en otras.
En el caso de países tropicales, como Colombia, La Niña suele estar asociada a precipitaciones por encima de lo normal.
¿Dónde se sentirá más el impacto de La Niña en 2025?
Según los pronósticos, las regiones más afectadas por La Niña serán la Andina y la Pacífica. En estas zonas, se espera un aumento considerable en las lluvias, lo que podría provocar inundaciones y deslizamientos de tierra.
Por otro lado, las zonas áridas podrían beneficiarse de las precipitaciones, aliviando los efectos de las sequías prolongadas.
Lluvias y riesgo de inundaciones: lo que se debe saber
Los expertos advierten que las lluvias intensas podrían superar los promedios históricos, incrementando el riesgo de inundaciones en ríos y quebradas.
Esto representa un peligro para comunidades vulnerables y la infraestructura local. Las autoridades recomiendan revisar los sistemas de drenaje y estar atentos a las alertas climáticas.
¿Habrá cortes de energía y apagones por La Niña en 2025?
El aumento en las lluvias podría ser positivo para los embalses hidroeléctricos, los cuales han enfrentado niveles críticos debido a la sequía.
Sin embargo, también existe el riesgo de daños en la infraestructura eléctrica por desbordamientos o deslizamientos. Esto podría generar cortes de energía en algunas regiones.
Preparativos y recomendaciones ante La Niña
Para mitigar los impactos de La Niña, se recomienda:
- Mantenerse informado a través de fuentes oficiales sobre el estado del clima.
- Revisar viviendas y estructuras para prevenir daños por lluvias intensas.
- Evitar zonas de alto riesgo como riberas de ríos o terrenos propensos a deslizamientos.
- Ahorrar energía y agua, en caso de que las condiciones climáticas alteren los suministros.