La advertencia emitida por Fitch Ratings sobre el riesgo de apagones en Colombia encendió las alarmas en el sector eléctrico y entre los usuarios. El informe, publicado el 21 de agosto, señala que las modificaciones propuestas por el Gobierno de Gustavo Petro al cargo por confiabilidad podrían aumentar la probabilidad de racionamientos de energía en los próximos años.
Según la calificadora de riesgo, estos cambios no solo afectarían la estabilidad financiera de las empresas generadoras, sino que también desincentivarían la inversión en el sector eléctrico, poniendo en riesgo la seguridad energética del país.
¿Qué es el cargo por confiabilidad en el mercado eléctrico colombiano?
El cargo por confiabilidad funciona como un seguro que los usuarios pagan en su factura de energía. Su objetivo es garantizar un suministro continuo incluso en periodos de sequía o en situaciones de escasez, evitando incrementos drásticos en los precios.
De acuerdo con la presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgén), Natalia Gutiérrez, este mecanismo ha sido clave durante más de una década para mantener la estabilidad del sistema y prevenir crisis energéticas en Colombia.
Los cambios que propone el gobierno ante los posibles apagones
El Gobierno de Gustavo Petro planteó modificaciones al esquema con el fin de reducir el costo que asumen los usuarios finales. Sin embargo, Fitch Ratings advierte que este ajuste debilitaría los ingresos de las generadoras, limitando su capacidad para invertir en mantenimiento e infraestructura.
En el caso de empresas como Termocandelaria Power, el cargo representa cerca del 40% de sus ingresos. Firmas como Enel Colombia, Isagén y EPM también dependen de este mecanismo para financiar proyectos de expansión.
Los expertos estiman el año en el que podrían ocurrir apagones masivos: entre 2026 y 2028
El informe de Fitch Ratings proyecta que entre 2026 y 2028 Colombia podría enfrentar un déficit de generación de entre 4% y 5%, lo que incrementaría la posibilidad de racionamientos de energía.
Este panorama se ve agravado por el crecimiento sostenido de la demanda eléctrica, impulsado por el aumento poblacional y el desarrollo económico. No obstante, la oferta no avanza al mismo ritmo, en parte por la conflictividad social y los retrasos en licenciamientos ambientales que frenan nuevas plantas y líneas de transmisión.