

Todo comenzó hace algunas semanas, con unas declaraciones del canciller boliviano, David Choquehuanca sobre Coca-Cola. El Ministro de Relaciones Exteriores habló de los cambios que se vienen para la fecha en que finaliza el calendario maya: El 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la división. El 21 diciembre tiene que ser el fin de la Coca Cola, y el comienzo del mocochinche (bebida de durazno), dijo Choquehuanca en un acto junto a Evo Morales, el presidente de Bolivia, en el pueblo de Copacabana, en la frontera con territorio peruano. También habló del fin del odio y el comienzo del amor, el fin del capitalismo y el comienzo del comunitarismo.
Algunos lo interpretaron como una posible salida de la empresa multinacional del país y la noticia circuló por varios medios locales e internacionales. Las aguas se calmaron hasta que el tema volvió con fuerza ayer, cuando la agencia de noticias venezolana AVN reflotó las declaraciones del funcionario y aseguró que el Gobierno boliviano había decidido expulsar a la empresa estadounidense de su territorio. La información se replicó con velocidad por sitios de noticias y redes sociales.
Por eso, desde Coca-Cola se vieron obligados a aclarar que no tienen planes de abandonar el país. En Bolivia, Coca-Cola ha formado parte de la comunidad, generando empleos e ingresos para miles de clientes, proveedores y empleados, y ha refrescado a la gente desde 1941. Al igual que la economía boliviana, nuestra empresa ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos años y tenemos planes de continuar nuestras inversiones y nuestro crecimiento en los próximos años, difundieron a través de un comunicado oficial.
También salieron a despejar dudas desde la Cancillería boliviana. Es una descontextualización de las declaraciones del canciller. No hay nada oficial sobre el tema, explicó a El Cronista, Consuelo Ponce, vocera de Choquehuanca. El funcionario es un filósofo aymara, la misma etnia de Evo Morales, y suele hacer referencias a profecías incas y mayas que hablan del fin de una época y surgimiento de otra.
No es la primera vez que desde Bolivia se ataca a la bebida más popular del planeta. Hace dos años, el Gobierno mostró su interés en que el mercado de las bebidas no esté dominado por multinacionales. En abril de 2010, la empresa Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca) inició la venta masiva de su bebida energética Coca-Colla producida con extracto de hoja de coca con el apoyo del presidente boliviano. Además, Morales dijo que la Coca-Cola era muy efectiva para destapar cañerías.
La información que circuló ayer también hablaba de que McDonalds el gigante de las comidas rápidas dejará de operar en Bolivia, pero la compañía global dejó el país en 2002, antes de que Morales llegara al Gobierno, porque su propuesta gastronómica no logró conquistar el gusto de los bolivianos. El año pasado, se estrenó un documental con el título ¿Por qué quebró McDonalds en Bolivia?, en el que se exploraron las razones del fracaso de la firma después de cinco años en el país andino.









