"La prioridad es Internet, no los satélites"

El funcionario confirmó la construcción de un tercer satélite, y destacó que su gestión está enfocada al Plan Federal de Internet que conectará a 1.300 localidades aisladas

Una modificación presupuestaria publicada en el Boletín Oficial el 6 de diciembre consignó la quita de $ 830 millones a Arsat para reasignarlos a gastos corrientes del Correo Argentino, ambas empresas bajo la órbita del Ministerio de Comunicaciones. Sumado a esto, representantes de Foetra denunciaron que el equipo de técnicos e ingenieros dedicados a la construcción del Arsat III, no habían recibido asignaciones de tareas en todo el año. El Cronista se comunicó con Rodrigo De Loredo, presidente de la compañía satelital nacional, y las que siguen son sus aclaraciones:


¿Se discontinuó la construcción del Arsat III?
No, no es así. El proyecto está demorado pero no se discontinuó. Tanto desde el gobierno como la empresa creemos que es importante lanzar el Arsat III, porque hay un mercado para la banda K, que es la que provee internet de 15 o 20 MB al hogar.


Pero si este año no se trabajó en el desarrollo del satélite, ¿llegarán a lanzarlo en 2019?
No vamos a ceñirnos a un plazo estricto. El Arsat I se inició en 2006 y se lanzó en 2014. Y para lanzar el Arsat II en 2015 se firmaron una serie de contratos sin la previsión presupuestaria correspondiente, lo que llevó a la compañía a ser deficitaria. El año pasado Arsat cerró con un déficit de $ 250 millones pese a haber ejecutado $ 2900 millones. Y este año, cerramos con balance positivo.


¿Y cómo van a financiar la construcción del Arsat III?
Se va a financiar sin pedir plata al Estado ni usar créditos blandos que le quiten cupo a obras de infraestructura básica. Estamos buscando financiamiento privado, y esta es una de las razones por las que todavía no cerramos el diseño del satélite, ya que puede cambiar en función de quién aporte el financiamiento. El gobierno no va a poner plata en Arsat, los recursos vendrán de la propia empresa o de financiación privada. Para tener una industria satelital, el primer paso es que alguien nos compre un satélite.


Durante su gestión se autorizó a satélites extranjeros a operar en el espacio satelital argentino, ¿está Arsat preparada para esta competencia?
Hoy hay más competidores, pero no se trata de cielos abiertos, sino de convenios de reciprocidad. Si Argentina brinda servicios satelitales en un país, ese país también puede hacerlo en el nuestro.


¿Cómo afecta a los planes de Arsat la reasignación de $ 830 millones hacia el Correo?
Esa fue una decisión administrativa. Desde el minuto uno se nos notificó que no íbamos a contar con ese dinero. Uno de los logros de nuestra gestión es haber podido usar $ 1.300 millones del Servicio Universal, con los que avanzamos en el Plan Federal para brindar internet a 1300 localidades y 2000 escuelas rurales en dos años. Cuando asumimos teníamos 6500 km de fibra óptica y hoy tenemos 17.500 km. Había 17 localidades conectadas, y hoy son 153. Esta es nuestra prioridad, brindar internet, no lanzar satélites. Porque hoy la brecha de conectividad es muy grande. En las grandes ciudades se consumen 15 MB de promedio y en localidades chicas no llega a 1 MB, a un costo de u$s 50 o u$s 100 dólares, cuando un habitante de Buenos Aires o Rosario paga u$s 18 por MB.


¿Qué pasará con otras unidades de negocios como TDA y el centro de datos, que pasó a la órbita del ministerio de Modernización?
Por Ley, Arsat no puede desprenderse de sus bienes. El desarrollo de Televisión Digital Abierta continúa, y respecto del centro de datos, hicimos un convenio con el Ministerio de Modernización, que hoy es nuestro principal cliente. Con la gestión anterior, el objetivo era vender servicios a empresas privadas. Nosotros creemos que esa capacidad tiene que utilizarse para gestionar los datos públicos y hacer una administración más ágil y transparente.

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