Cerró la BBC en español, la radio que escuchaban los argentinos para saber qué pasaba en Malvinas
El viernes pasado fue la última transmisión de este medio periodístico, cuyos micrófonos se apagaron por los recortes económicos del gobierno inglés. Para muchas familias argentinas fue un ritual secreto durante aquellos días tremendos de 1982 porque ofrecía otra versión de la guerra
Si querés escucharé a la BBC, aunque quieras que lo hagamos de noche, cantaba Charly García en plena guerra argentina contra los ingleses por las islas Malvinas desde su canción no bombardeen Buenos Aires. Era el año 1982 y la dictadura agonizaba. En medio de los comunicados del Estado Mayor Conjunto que anunciaban con voz marcial que la Argentina estaba ganando indefectiblemente, desplegar la antena de la radio en la posición justa hasta sintonizar los reportes de la BBC en español que se emitían en Londres por onda corta y daban otra versión bien distinta de lo que pasaba en el Atlántico Sur era, para muchas familias argentinas, un ritual secreto de aquellos días tremendos.
Pero el servicio internacional de la BBC en español que comenzó a emitirse en 1938, lo hizo hasta el viernes pasado, cuando los recortes económicos del gobierno inglés apagaron los micrófonos de los estudios de Bush House en el centro de Londres.
El déficit fiscal del país, y la crisis europea que aprieta las finanzas del primer ministro británico David Cameron sellaron el destino del departamento internacional de la radio británica, emblemática por su control de calidad autonómico. El gobierno inglés se propuso ahorrar 130 mil millones de dólares en cinco años. Y la BBC es parte del recorte profundo. En el 2011 dejaron de funcionar en el servicio mundial los departamentos de albanés, macedonio, serbio, portugués para frica, e inglés para el Caribe. Y el viernes pasado, se cancelaron las emisiones en español, que no sólo se transmitían en internet sino que en muchos casos eran retransmitidas a través de repetidoras locales de América Latina.
Siempre era emocionante cuando alguien nos decía que nos había escuchando mientras manejaba en el tráfico en México, en la Panamericana Sur en Perú, o mientras cruzaba el desierto en Chile. Es una pena pensar que ya no se podrá transmitir más, se lamentó ante El Cronista la periodista peruana Diana Zileri, que trabajó diez años en la emisora londinense.
El último que se vaya, que apague la luz. Esta frase se ha usado en muchos contextos y esta semana quiero usarla para despedir las transmisiones de radio del servicio latinoamericano de la BBC, comienza el blog de despedida que escribió en el sitio oficial de la radio el editor general Hernando Alvarez. En esa carta póstuma, Alvarez recuerda la guerra con Argentina como una lucha periodística para mantener cierta objetividad en los informes de entonces, siempre en nombre del interés de la Nación. Podría también haber hecho un listado casi interminable de momentos brillantes que marcaron nuestras carreras periodísticas, desde la pelea con el gobierno británico para mantener la objetividad en la Guerra de las Malvinas o Falklands hasta el desafío de encontrar información imparcial en la invasión a Irak de 2003. Para Margareth Thatcher, las emisiones de la BBC formaban parte de su estrategia bélica-mediática, por eso es que el servicio latinoamericano vivió su esplendor desde el comienzo de la guerra por las islas. Andrew Thompson, jefe de las América de la BBC, recuerda que en una sociedad democrática como la británica, coexistió una verdadera libertad de prensa con lo que hoy en día se llama news management: el intento por parte de las autoridades de controlar la información para fines políticos y, en este caso específico, en apoyo de las operaciones militares para recuperar las islas.
Pero en los nuevos tiempos, internet manda. No es redituable transmitir en onda corta cuando la web es mucho más efectiva y brinda mayores posibilidades de llegada instantánea. Mucho menos si no hay una conquista discursiva vigente, como la de Malvinas en el 82.
Corren tiempos de repliegue y ya no de conquistas para el antiguo imperio. Está claro. El servicio mundial de la BBC que transmitía en 32 idiomas y llegó a tener 182 millones de oyentes en el planeta, quedó en el pasado. Habrá blogs, podcasts y actualizaciones on line, aseguran. Cerramos la radio, pero mantenemos nuestra oferta digital y nuestro periodismo independiente. Tenemos claro que el consumidor de noticias digitales de hoy busca lo que algunos llaman un periodismo Martini: presente y disponible en cualquier lugar, en cualquier momento y a cualquier hora, cuenta Alvarez sobre la nueva etapa cibernética.
En este lado del mundo, quedará el recuerdo ochentoso de la familia alrededor de una radio con la antena estratégicamente ubicada para sintonizar la BBC y tratar de entender a través de aquellos informes en castellano neutro qué estaba pasando en las islas Malvinas. Y también nos queda, claro, la canción de Charly.
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