En esta noticia

La convivencia con gatos no solo proporciona compañía, sino que también ofrece múltiples beneficios para la salud física y emocional de las personas. Estos pequeños felinos se han convertido en aliados valiosos en la búsqueda del bienestar.

El suave ronroneo de un gato al regresar a casa puede ser un bálsamo para el estrés. Acariciar a un felino ha demostrado reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Este efecto se produce gracias a la activación de receptores táctiles en la piel, que envían señales al cerebro para liberar neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, generando una sensación de calma.

Además, observar a un gato en acción puede elevar el estado de ánimo. Un estudio en Research Gate indica que ver a un minino jugar puede aumentar la felicidad. Desde una perspectiva neurocientífica, esta respuesta se relaciona con la activación de áreas del cerebro asociadas al placer, que responden a estímulos visuales agradables y liberan endorfinas.

Los beneficios de tener un gato como mascota, según la ciencia

Los gatos también son un importante apoyo emocional en momentos difíciles. La Asociación Americana de Psicología reportó que el 70% de las personas en crisis emocional experimentan un mayor bienestar al interactuar con sus mascotas. La simple presencia de un gato puede ofrecer alivio emocional, creando un ambiente seguro para procesar sentimientos.

La sensación de soledad también se ve reducida por la compañía de un gato. Según una encuesta del Human Animal Bond Research Institute, el 85% de los dueños de gatos afirma que sus mascotas les ayudan a sobrellevar el aislamiento. La constante presencia de un gato genera un sentido de conexión y pertenencia, especialmente en situaciones de soledad prolongada.

La ciencia confirma que los gatos ofrecen una gran cantidad de beneficios psicológicos a sus dueños. Fuente: Archivo

En términos de salud física, la convivencia con gatos puede disminuir la predisposición a alergias y asma, especialmente en niños. Un estudio de Elsevier reveló que los niños que crecen en hogares con gatos tienen menos probabilidades de desarrollar estas afecciones, ya que la exposición temprana a alérgenos felinos ayuda a modular el sistema inmunológico.

Finalmente, la relación entre tener un gato y la salud cardiovascular ha sido investigada. Se ha encontrado que convivir con un gato puede reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas. Esto se debe a que quienes viven con mascotas, especialmente gatos, tienden a mantener niveles de estrés más bajos y disfrutan de una mejor salud cardiovascular en general. Esta información fue compartida por El Universal.

Además de los beneficios mencionados, se ha observado que la interacción con gatos puede fomentar la actividad física en sus dueños. Jugar con un gato o simplemente moverse para atender sus necesidades puede incentivar a las personas a mantenerse más activas, lo que contribuye a un estilo de vida más saludable y activo.