El fondo de cobertura activista Elliott Management ha construido una gran participación en Barrick Mining, según personas familiarizadas con el asunto, después de que el segundo mayor productor de oro del mundo tuvo dificultades para capitalizar un fuerte rally del oro.
La inversión de Elliott llega mientras la minera con sede en Toronto se ha comprometido a reenfocar su negocio lucrativo en Norteamérica tras la repentina partida de su director ejecutivo Mark Bristow en septiembre, lo que se suma a las especulaciones de que la empresa podría estar planificando una escisión o la venta de activos.
La participación de Elliott la ubica entre los 10 mayores inversores de Barrick, según dijeron las personas. Esto significaría que la tenencia del fondo vale por lo menos u$s 700 millones.
A medida que el oro ha subido a máximos históricos en los últimos meses, impulsando las valuaciones de las mineras auríferas, el desempeño de las acciones de Barrick ha quedado por detrás de sus rivales y la compañía ha enfrentado una serie de reveses, incluida la pérdida de control de una mina clave en Malí.
Sin embargo, las personas dijeron que Elliott estaba alentada por la idea de que Barrick podría dividirse en dos compañías, separando sus operaciones de mayor crecimiento en Norteamérica de sus minas en regiones más riesgosas en Asia y África.

La junta directiva de Barrick, liderada por el presidente John Thornton, discutió recientemente separar las dos partes del negocio, así como la venta total de sus activos en África y Pakistán, informó Reuters la semana pasada.
Esto, en efecto, desarmaría la Barrick moderna que fue creada en 2019 mediante la adquisición total en acciones de Randgold.
No se pudo establecer de inmediato el tamaño exacto de la participación de Elliott, ni tampoco sus demandas precisas a la empresa minera. Elliott y Barrick declinaron hacer comentarios.
Las acciones de Barrick que cotizan en Nueva York subieron un 2,5% en las primeras operaciones del martes tras el informe del Financial Times sobre la participación de Elliott.
Bristow, un ejecutivo sudafricano audaz que llevó a Randgold a la bolsa en 1997, se retiró antes de lo previsto en septiembre tras enfrentar críticas por no cumplir repetidamente con los objetivos de producción y costos.
Durante su mandato, Bristow diseñó el desarrollo de la mina de cobre y oro Reko Diq en Pakistán, valuada en u$s 9.000 millones, que podría convertirse en una de las mayores minas de cobre del mundo una vez completada.
Pero los accionistas han manifestado preocupaciones sobre el proyecto y los riesgos de operar en la provincia de Baluchistán, que alberga un violento movimiento separatista.
El valor de mercado de Barrick, que tiene su listado principal en Toronto y uno secundario en Nueva York, era de u$s 62.500 millones al cierre del lunes, más del doble de su valuación de un año atrás.
Pero sus acciones han subido menos del 55% en los últimos cinco años, en comparación con ganancias del 232% y 144% para sus rivales Kinross Gold y Agnico Eagle, respectivamente.
Con u$s 76.100 millones en activos bajo gestión, Elliott es considerado en Wall Street como el inversor activista más formidable, habiendo revelado posiciones multimillonarias en marcas ampliamente conocidas como Pepsi, BP y Honeywell en el último año.
La firma con sede en Florida, fundada por Paul Singer, está bien familiarizada con el sector minero, ya que posee una participación considerable en Anglo American, que recientemente acordó fusionarse con su rival Teck Resources. Elliott también apuntó previamente a Kinross, lo que llevó a esa empresa a aumentar su programa de recompra de acciones.
Las acciones de Barrick han sido impulsadas a máximos de 13 años en los últimos meses gracias a un enorme hallazgo de oro en su proyecto Fourmile en Nevada, que estudios indican tiene potencial para producir hasta 750.000 onzas de oro al año. La compañía afirma que es uno de los mayores descubrimientos del metal precioso de este siglo.
Las operaciones de Barrick en Norteamérica también abarcan otras minas de oro altamente valoradas en Nevada mediante una empresa conjunta con Newmont, además de minas en República Dominicana.
Barrick también opera minas de cobre y oro en territorios de mayor riesgo, desde la República Democrática del Congo hasta Papúa Nueva Guinea, en gran medida un legado del antiguo negocio de Randgold.
En su primera aparición pública desde que reemplazó a Bristow como director ejecutivo interino, el veterano de Barrick Mark Hill dijo este mes que veía “una gran oportunidad” al enfocarse más en el negocio norteamericano, particularmente Nevada, al que calificó como la “próxima gran área de crecimiento”.
Hill dijo que la compañía estaba centrada en mejorar el desempeño operativo y la creación de valor.





