Un informe reciente advierte que un hábito común en los hogares españoles encarece notablemente la factura eléctrica. El simple hecho de dejar los electrodomésticos en modo de espera durante la noche puede suponer un sobrecoste de hasta 180 euros al año, además de un impacto ambiental significativo.
Aunque muchas personas se esfuerzan por utilizar los electrodomésticos en las horas más baratas, descuidan otros factores que también elevan el consumo. Televisores, ordenadores, cargadores y consolas continúan consumiendo energía, aunque no estén en uso, generando lo que se conoce como "consumo fantasma".
Según estimaciones, esta práctica representa hasta un 10% del total de electricidad que se consume en una vivienda media.
¿Por qué dejar los aparatos en modo espera afecta tanto al bolsillo?
El modo de espera o "stand-by" permite que los dispositivos mantengan ciertas funciones activas, como la conexión a internet, actualizaciones o encendidos rápidos.
Pero esa comodidad tiene un coste. Aunque no se note en el uso diario, el consumo de cada aparato sumado al de otros dispositivos similares genera una carga eléctrica constante.
Este consumo, imperceptible a corto plazo, se traduce en una cifra considerable al cierre del año. Enedis, empresa operadora de redes eléctricas, calculó que mantener esta práctica eleva la factura anual en aproximadamente 180 euros por hogar.
El problema, según explican desde la firma, radica en que muchos ciudadanos ni siquiera saben que estos dispositivos consumen electricidad cuando no están en uso.
¿Cómo se puede eliminar el gasto fantasma sin grandes cambios?
La solución no requiere grandes inversiones ni complicadas instalaciones. Regletas con interruptor permiten desconectar varios equipos con un solo gesto.
Además, existen opciones más tecnológicas, como enchufes inteligentes o aplicaciones móviles que permiten programar o apagar dispositivos a distancia, facilitando un mayor control del consumo.
Además del ahorro económico, también existe un beneficio ecológico. Al reducir este consumo innecesario, una familia puede evitar la emisión de hasta 200 kilos de CO₂ al año, lo que equivale aproximadamente a plantar diez árboles.
Así, un gesto tan simple como apagar los aparatos antes de dormir contribuye a la sostenibilidad del planeta y mejora la eficiencia energética del hogar.