

Con la llegada del verano, las altas temperaturas y el aumento del consumo eléctrico en los hogares españoles elevan el riesgo de incendios domésticos. Algunos electrodomésticos, aunque pequeños y de uso cotidiano, pueden convertirse en focos de peligro si no se manejan con precaución.
Uno de estos aparatos, presente en la mayoría de las cocinas, es la tostadora. Aunque su uso es habitual y aparentemente inofensivo, dejarla enchufada después de utilizarla puede suponer un riesgo significativo de incendio, especialmente durante los meses más calurosos del año.
¿Por qué la tostadora es un riesgo en verano?
La tostadora funciona mediante resistencias eléctricas que alcanzan altas temperaturas para dorar el pan. Si después de su uso se acumulan migas en su interior y no se desconecta de la corriente, estas pueden seguir calentándose y, eventualmente, prenderse fuego.

Además, un fallo técnico o una subida de tensión pueden provocar que el aparato se active accidentalmente, lo cual aumenta de forma significativa el riesgo de un incendio.
El calor ambiental propio del verano agrava esta situación. Las altas temperaturas pueden contribuir al sobrecalentamiento de los componentes internos de la tostadora, especialmente si el aparato es antiguo o presenta algún defecto en el sistema eléctrico.
Medidas preventivas para evitar incendios
Para minimizar los riesgos asociados al uso de la tostadora, los expertos recomiendan seguir una serie de precauciones:
Desenchufar la tostadora después de cada uso, evitando que permanezca conectada innecesariamente.
Limpiar regularmente el interior del aparato, eliminando las migas acumuladas que pueden actuar como combustible.
Revisar el estado del cableado y del enchufe, sustituyendo el aparato si se detectan daños o signos de deterioro.
Ubicar la tostadora en un lugar alejado de materiales inflamables, como cortinas o trapos de cocina.
Evitar su uso durante las horas de más calor, especialmente si la cocina no está bien ventilada.
Qué hacer en caso de que una tostadora se prensa fuego
En caso de que la tostadora se incendie, es fundamental actuar con rapidez y seguridad. Lo primero es desconectar el aparato de la corriente eléctrica. Nunca se debe verter agua sobre la tostadora, ya que esto puede agravar el fuego o provocar una descarga eléctrica.
Si el fuego es pequeño, se puede intentar sofocar cubriendo el aparato con una tapa metálica o un paño húmedo. Si el fuego se descontrola, es imprescindible evacuar la zona y llamar a los servicios de emergencia.

Otros electrodomésticos a tener en cuenta
Aunque la tostadora es uno de los electrodomésticos que más incendios provoca en el hogar, no es el único que requiere atención. Otros aparatos también pueden recalentarse y suponer un riesgo.
Un microondas, especialmente si es antiguo o tiene una ventilación deficiente, o una cafetera eléctrica, si se queda encendida, pueden resultar muy peligrosos.
Por otro lado, los cargadores de móvil o portátil consumen energía en modo pasivo y pueden generar calor excesivo si permanecen conectados de forma constante.
Es recomendable revisar todos los electrodomésticos del hogar, asegurándose de que se utilizan de forma segura y se desconectan cuando no están en uso. Un pequeño gesto puede prevenir grandes tragedias.






