En las últimas semanas, la NASA sorprendió al mundo al revelar que los océanos de la Tierra albergan aproximadamente 20 millones de toneladas de oro. Según la agencia espacial estadounidense, este hallazgo representa un valor que podría ascender a billones de dólares, aunque el metal precioso se encuentra completamente disuelto en el agua.
Actualmente, no existe la tecnología necesaria para extraer este recurso de forma rentable y segura.
Sin embargo, países como China ya están desarrollando dispositivos capaces de capturar metales disueltos a partir de agua salada, lo que podría abrir la puerta a su futura recuperación.
NASA: el asteroide que podría contener más oro que toda la Tierra
Más allá del hallazgo oceánico, la NASA también ha puesto su atención en Psyche-16, un asteroide ubicado a 370 millones de kilómetros de la Tierra, entre las órbitas de Marte y Júpiter. Descubierto en 1852 por el astrónomo Annibale de Gasparis, esta enorme roca espacial de más de 200 kilómetros de diámetro podría contener hierro, níquel y una cantidad de oro valuada en unos 700 trillones de euros.
Los científicos estiman que entre el 30 % y el 60 % de su volumen está compuesto por metales, lo que lo convierte en una potencial mina cósmica de valor incalculable. La misión Psyche, lanzada en 2022, llegará a este cuerpo celeste en agosto de 2029 para explorarlo durante dos años, recolectando datos y cartografiando su superficie.
Oro en el océano: el futuro de la minería espacial y marina
Tanto el oro disuelto en los océanos como el contenido en Psyche-16 plantean un escenario de enormes oportunidades económicas, pero también de desafíos técnicos y éticos.
Extraer estos recursos podría transformar por completo la industria minera y la economía global, aunque los expertos advierten que es necesario establecer regulaciones internacionales para su explotación responsable.
En el caso del oro oceánico, los avances tecnológicos determinarán cuándo y cómo será posible acceder a este tesoro sumergido. En cuanto a Psyche-16, su exploración podría marcar el inicio de una nueva era en la minería espacial.