A medida que el Vaticano se prepara para el esperado cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, una controversia inesperada ha comenzado a tomar fuerza: la presunta injerencia del presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el proceso de sucesión papal.
Según reportes de los diarios El País y Le Monde, Macron habría sostenido una reunión privada con cardenales franceses y miembros influyentes de la Comunidad de Sant'Egidio, en un movimiento que fue interpretado como un intento por influir en el rumbo del próximo pontificado.
No es Trump: ¿Macron quiere influir en el próximo Papa?
La cena tuvo lugar en la embajada de Francia ante la Santa Sede e incluyó a figuras como el cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, considerado uno de los papables con más respaldo dentro del ala reformista de la Iglesia.
La Comunidad de Sant'Egidio, organización católica de carácter progresista cercana a Francisco, también tuvo una representación destacada en el encuentro.
Expertos vaticanistas e italianos calificaron esta reunión como un intento diplomático de Macron por favorecer a candidatos alineados con la visión reformadora del papa saliente, lo cual contrasta con la tradición francesa de mantener estricta neutralidad religiosa, consagrada en su política de laicismo.
Una tensión histórica entre política y religión
Esta no es la primera vez que Macron genera controversia en temas religiosos. Su participación en una misa celebrada por el papa Francisco en Marsella en 2023 ya había desatado un amplio debate sobre la separación Iglesia-Estado en Francia.
La situación genera especial preocupación por darse en vísperas de un cónclave en el que 135 cardenales electores de 71 países decidirán el futuro del liderazgo católico mundial.
Entre los nombres que suenan con más fuerza están el italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, y el filipino Luis Antonio Tagle, conocido como "el Francisco asiático" por su enfoque progresista.