La justicia colombiana sorprendió al país este martes con un fallo inesperado que ordenó la liberación inmediata de Álvaro Uribe Vélez, exmandatario y figura central de la política nacional en las últimas dos décadas. Aunque sobre él pesa una sentencia de doce años de prisión domiciliaria, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá resolvió amparar su derecho fundamental a la libertad.
Uribe, quien lideró el país entre 2002 y 2010 y fundó el partido Centro Democrático, se encontraba en una situación judicial sin precedentes para un expresidente colombiano. La decisión ha generado una ola de reacciones tanto a favor como en contra, en medio de lo que muchos denominan el juicio del siglo.
La historia detrás del caso aún no ha terminado. La apelación de la sentencia continúa su curso, y el fallo del Tribunal no implica una absolución, sino un giro en el procedimiento que sigue generando más preguntas que respuestas.
Fallo del Tribunal Superior y libertad para Uribe
El fallo del Tribunal Superior de Bogotá respondió a una tutela interpuesta por la defensa de Álvaro Uribe, quien argumentó que la decisión de la jueza Sandra Heredia de ordenar su arresto domiciliario vulneraba derechos fundamentales. La Sala Penal dio la razón a los abogados, señalando que el argumento utilizado por la jueza la necesidad de preservar la convivencia pacífica era ambiguo y no justificaba la detención inmediata.
Aunque la jueza Heredia había condenado a Uribe por soborno en actuación penal y fraude procesal, el Tribunal determinó que la ejecución de la sentencia debía esperar a la resolución de la apelación. Así, dejó sin efecto la privación de libertad dictada por el Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, devolviendo al expresidente su libertad, al menos temporalmente.
El fallo también rechazó una tutela interpuesta por el Centro Democrático, al considerar que la agrupación no logró demostrar cómo se afectaban sus derechos fundamentales con la detención de su líder. Esto refuerza que la medida solo aplica al ámbito individual de Uribe y no al partido como colectivo político.
Condena contra Álvaro Uribe y apelación en curso
El pasado 1 de agosto, Álvaro Uribe se convirtió en el primer expresidente colombiano en ser condenado penalmente. El caso que lo llevó a esta situación comenzó en 2012, cuando él mismo denunció al senador Iván Cepeda por presunta manipulación de testigos. La Corte Suprema, en lugar de investigar a Cepeda, encontró indicios suficientes para abrir un proceso contra Uribe.
En la sentencia de primera instancia, la jueza Heredia encontró a Uribe culpable de presionar a testigos para que no declararan en su contra en procesos judiciales por presuntos vínculos con grupos paramilitares. La defensa presentó su apelación el 13 de agosto y ahora espera que el Tribunal Superior se pronuncie de fondo antes del 16 de octubre.
Pese a la gravedad de los cargos, el expresidente ha negado en todo momento cualquier actuación ilegal. Su equipo jurídico ha denunciado parcialidad por parte de la fiscalía y la juez, asegurando que hubo motivaciones políticas. El Tribunal, sin embargo, aclaró que tales acusaciones deberán ser examinadas durante la segunda instancia y no en el contexto de la tutela.