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En Bogotá, la expectativa crece. El Gobierno colombiano, a través de su canciller Rosa Yolanda Villavicencio, ha enviado un mensaje claro: lo justo sería que EstadosUnidos mantenga la certificación al país en la lucha contra las drogas. La decisión, que se conocerá en los próximos días, podría marcar un punto de tensión en la relación bilateral.

La certificación estadounidense no es un trámite menor. De ella dependen apoyos financieros y políticos que fortalecen los programas antidrogas. Una eventual descertificación podría traducirse en sanciones y en la suspensión de buena parte de la ayuda exterior, afectando de manera directa las políticas de seguridad y cooperación internacional.

Colombia asegura haber hecho su parte. Con cifras en mano y con el respaldo de indicadores de incautaciones, extradiciones e interdicciones, el Gobierno busca demostrar que el compromiso en la lucha contra el narcotráfico no solo se mantiene, sino que se ha intensificado. Pero la última palabra la tendrá Washington.

Certificación y lucha contra las drogas en Colombia

Según cifras oficiales, en 2024 fueron incautadas 884 toneladas de cocaína en territorio colombiano. En 2025, además, las autoridades decomisaron 493 toneladas de hoja de coca. Estas acciones, sumadas a la persecución de mafias y la captura de capos, son presentadas por el Ejecutivo como pruebas contundentes de una política antidrogas integral y multisectorial.

Villavicencio destacó que estos resultados no son aislados, sino parte de una estrategia que combina prevención, control y cooperación internacional. Por eso insistió en que Colombia ha hecho "las tareas" y merece ser reconocida con la certificación.

Tensiones con Estados Unidos y el impacto global

El Gobierno colombiano reconoce que defender su soberanía puede generar tensiones con Estados Unidos. Sin embargo, recalca que una descertificación no contribuiría a la lucha global contra el narcotráfico. Por el contrario, podría debilitar los esfuerzos compartidos y aislar a Colombia en un momento clave.

Villavicencio pidió a la comunidad internacional seguir acompañando al país, al recordar que el narcotráfico no es un problema exclusivo de Colombia, sino un desafío global que exige soluciones conjuntas. La decisión de Washington, por tanto, tendrá repercusiones que trascienden las fronteras colombianas y que podrían redefinir la cooperación en materia de drogas en la región.