

Jorge Asís se sienta cómodamente en un sillón del living de su departamento de la Recoleta, bien dispuesto para la entrevista con WE. Desde el vamos, aclara que está algo cansado de responder preguntas sobre las elecciones del 23 de octubre, que el comicio ya fue, y que no tiene intenciones de hacer vaticinios políticos. Al Gobierno le voy a dar 60 días a partir del 10 de diciembre, una gracia que le corresponde, desliza, con la autoridad que le otorga su condición de kirchnerólogo. Tal afirmación, claro, no impide que su provocador estilo, su inimitable manejo de la ironía y el humor ácido que lo caracteriza, aquel que vuelca asiduamente en su portal jorgeasisdigital.com, -cita obligada para cualquier consumidor de política que se precie- asome una y otra vez a lo largo de toda la entrevista. Por ejemplo, cuando sostiene que la muerte de Kirchner fue una genialidad estratégica desde el punto de vista político, o cuando dice que a Amado Boudou, la nueva estrella del universo K, le falta todavía tomar mucho Toddy para pensarse como sucesor de Cristina después de 2015.
A riesgo de irritar a los adoradores incondicionales del ex presidente, Asís tampoco duda en afirmar que la Presidenta como producto político es superior a Néstor y que hoy acumula un mayor poder decisorio que el que tuvieron todos sus antecesores, Péron incluido.
El autor de Flores robadas en los jardines de Quilmes repasa la debacle opositora resultante de la elección de octubre y deja algunos apuntes sobre la sucesión que se abre dentro del Peronismo: Hay varios proyectos políticos interesantes colgados del vestidito negro de Cristina, bromea. Daniel Scioli, Juan Manuel Urtubey, Jorge Capitanich y José de la Sota serían, para el escritor, los integrantes de ese lote.
* ¿Cómo la ve a Cristina tras su reelección el 23 de octubre?
- La veo con poder, mayor capacidad de concentración decisoria, de poder decisorio que el que tuvieron todos sus antecesores, Perón incluido. Hoy, todos aquellos que trafican información conjeturan. Uno de los aciertos de este gobierno fue la política comunicacional, que no solamente no permitió repreguntas; no permitió preguntas. Y uno de los aciertos consistió en ningunear al periodismo, apuntar como enemigo al Grupo Clarín, socio del kirchnercristinismo para conquistar la hegemonía hasta principios de 2008. Al designar al enemigo Clarín, redujo, ninguneó a todos los políticos que estaban en la superficie con ganas de polarizar con Cristina.
* Un acierto, dice, en términos de construcción de poder.
- Fue un acierto político porque sacó de la cancha a Alfonsín, que hubiera querido polarizar, a Duhalde..., que son los más afectados. En el último tramo, ella prácticamente designa a Binner como su oponente. Esa política comunicacional, que consistió en ignorar a la prensa, fue un estilo de comunicación que lo inaugura Kirchner, al directamente hablar con la sociedad con la eliminación del canal tradicional que tendría que haber sido el periodismo. Cristina lo perfeccionó.
* Ahora se abre una etapa de cristinismo puro. ¿Qué traerá como novedad?
- Una lección clara del 23 de octubre implica la imposibilidad de la disidencia desde el peronismo. Es una prueba que si querés mantener la identidad peronista tenés que estar con Cristina, que es lo que aceptan los peronistas que están con Cristina, pero el peronismo tiene una reasignación de discursos bastante pragmática, porque en realidad el peronismo, que siempre costó definirlo, es una ideología del poder. Es la ideología del poder y es el poder que dicta las claves de esa ideología, razón por la cual hoy el peronismo está con Cristina. Es eventualmente cristinista hoy, en tanto le permita ganar las elecciones. Ahora, esta especie de contradicción enorme que se dio con la situación económico-cambiaria-financiera de la última semana sorprende y desperdicia un poco ese capital político enorme.
* ¿Fue impericia del Gobierno o hubo cálculo político?
- Un poco de todo. En lo personal, yo le voy a dar al Gobierno de Cristina 60 días desde el 10 de diciembre, una gracia que le corresponde. Por más que sea una re-reelección. Un verano como para que se ajuste. Este mes, noviembre, es el mes más cruel, donde nadie sabe donde está parado. Ni los periodistas, que están en la conjetura, ni los ministros que tampoco saben si van a permanecer. Y a Cristina se le disparan algunas variables porque me parece que no captó el mensaje claro que le dio la sociedad: Te voto, pero me cubro. Te voto, pero quiero verdes.
* ¿La baja de los subsidios, la reunión con Obama indican que el Gobierno está dispuesto a corregir aspectos del modelo?
- Son señales. Todas las cosas son distintas. Lo que pasa con las medidas que tienen que ver con el dólar y la contención de la fuga de capitales implica también acentuar la irresponsabilidad de esta gestión, que ignoró durante meses que se iban u$s 120 millones por día del sistema y que irresponsablemente durante la campaña, por la campaña y su frivolidad y por la lícita intención de ganar, no se tomaron en cuenta. Como tampoco se tomó en cuenta, ni siquiera los empresarios, la existencia de la inflación. Hubo una gran irresponsabilidad que sí tiene que ver con las consecuencias de esa estratégica genialidad que fue la muerte de Kirchner. Kirchner era un elemento de toma de decisión. La economía la manejaba Kirchner, si quiere con una estética de usurero, con una libretita, pero con sus diálogos telefónicos con (el secretario de Hacienda, Juan Carlos) Pessoa, prácticamente la economía era eso.
* ¿Hasta ahora estuvimos funcionando en piloto automático?
- Creo que el Gobierno está paralizado. A mí Cristina, como Kirchner antes, me sirven para explicar a la sociedad argentina. El Gobierno en realidad está paralizado, personajes que realmente trabajan en el Gobierno, habrá cuatro o cinco. Sí hay una suerte de piloto automático, y la impunidad, la certeza de saber que no tienen ninguna contestación que pueda ser gravitante. Y vamos a lo del cristinismo. Cristina como producto es superior a Néstor. Sólo Cristina pudo haber llegado al poder por Néstor. La salida de Néstor la deja en el poder y con una capacidad de perfeccionamiento, a ella se la vio mejor, políticamente. En las maneras, en principio, parecía que iba a haber una ducha total de decencia administrativa, que aceptarlo implica reconocer que había un degeneramiento administrativo muy notorio. Cristina, al otorgarle jerarquía de mito, y al avanzar, banca, respalda todo lo que se hizo en la Argentina. También el 54% que votó a Cristina es cómplice de todos los desaguisados que se hicieron desde 2003. Éste es un momento para que el opositor, si existe, construya política. La construcción tiene que comenzar inmediatamente después de las elecciones, no ser tan berretas como fueron los opositores que armaron alianzas dos o tres meses (antes) a ver qué podían anudar y terminó en este disparate.
* Se viene ahora la depuración de la oposición.
- Yo escribí un artículo que se llama Desarmadero de Warnes. Son muchos los que fueron solos hacia el desarmadero de Warnes.
* ¿Duhalde, Alfonsín, Carrió..., no tienen más cabida en la política argentina?
- Les va a costar, salvo que desde ya comiencen a construir una política diferente. Pero prefiero hablar de quienes quedan vivos. Sectores que están en el interior supuestamente compacto del cristinismo, los que están colgados del vestidito negro de Cristina, porque entre los colgados del vestidito negro de Cristina hay tres o cuatro proyectos políticos interesantes. Líder de la línea Aire y Sol, Daniel Scioli, en menor medida Urtubey, Capitanich, y no lo descartaría a De la Sota.
* ¿Y Boudou? ¿Podría ser el candidato de los ultra-K?
- Me parece que tiene que tomar mucho Toddy todavía. Le fue muy bien, Boudou hace sus armas, tiene que conquistar algún territorio, va a ir por el territorio de la Capital, va a intentar hacer un pie fuerte en Mar del Plata, pro con muy poco, con la alegría que le proporciona a Cristina y con los dos manotazos feroces que son los que le dieron una cierta legitimidad, a las AFJP y a las reservas del Banco Central, y lo tornaron un pesado, pero es vaticinio. Le respondo de los que quedan vivos. Queda vivo Binner, que tiene un desafío, Santa Fe no es una provincia para salir de la gobernación al llano y él hoy está sostenido por Santa Fe y el peso de su prestigio y tiene 69 años, pero está para otra batalla. El otro es Macri. En realidad cambiar a los Kirchner por Macri..., hay que tener muchas ganas de cambiar. ¡Hay que tener unas ganas de cambiar espectaculares! Todavía está en estado embrionario, tiene que gestar una fuerza nacional. El peronismo nunca lo va a elegir como su candidato.
* ¿La alternativa a Cristina va a surgir del propio peronismo?
- Yo estoy afiliado al PJ, no significa nada porque el 23 de octubre muestra que si uno quiere mantener esa identidad peronista tiene que estar con Cristina. Yo no quiero saber nada ni con Cristina ni con el cristinismo, razón por la cual dejé de referenciarme en el peronismo, y me parece que si hay que armar algo, armarlo desde el peronismo basta con decir que sos peronista y ponerte a rosquear. Hay gente muy valiosa como para armar hoy otro proyecto que no sea simplemente la ideología del poder.
* ¿De quién se siente cerca?
- Tengo afecto con todos.
* ¿Por ejemplo?
- No quiero dar ejemplos. Hay algunos que jugaron mal, porque la política en la Argentina se convirtió en un casino, que casi tenés la obligación de acertar un pleno cada dos o cuatro años y no es así. Con mucha pena veo tantos políticos que de pronto acaparan un poder extraordinario y en poco tiempo parece que están en el Nacional B. Es porque hay un estilo de política que te obliga a tener ese pleno y te parece que en una bola no la acertaste y ya no se puede hablar más de vos. Por eso no me atrevo a decir que Carrió se terminó, que López Murphy se terminó, como no me atrevo a decir que Cavallo se terminó, esto es cíclico en la Argentina.
* ¿Cómo le va a escapar Cristina a la maldición del pato rengo, sin reelección por delante?
- No van a reformar la Constitución. Si hay una reforma seria que incluya el diseño de la figura del primer ministro, me hago reformista ya.
* ¿Está madura la clase política para ese sistema?
- La Argentina está acostumbrada a que todo sea muy berreta, se piensa que cuando hablan de reforma es ver si aparece la reelección. Si Cristina mantiene el poder hasta 2015, puede adoptar el estilo (Vladimir) Putin.
* ¿Que sería...?
- Se hace designar primer ministro (N de R: el líder ruso fue nombrado en ese cargo por el presidente Dimitri Medvedev, tras ocupar la Presidencia por dos periodos consecutivos) y el poder lo sigue manteniendo ella. Para eso habría que hacer una reforma que de ningún modo puede incluir la reelección. Podría ser reelecta, en todo caso, primer ministro. Le digo a los partidarios de la Cristina eterna que piensen más en Putin. Recuerdo cuando en Francia, Mitterrand, casi en soledad, perdió unas elecciones parlamentarias y le tuvo que encargar a Balladur, centroderechista, que formara gobierno. Ir a esa civilización política me parece hasta un resguardo institucional importante para el Presidente. ¡Ojo! El primer ministro tiene que saber que la magnitud de un gran escándalo se lo puede llevar puesto. Un Antonini, un Schoklender, un escandalete como los tantos que hubo te lleva puesto un primer ministro. Ahora en la Argentina estamos habituados al berretismo de creer que simplemente se queda. La re-re la consiguió Cristina. La estratagema conyugal, inédita en el mundo, que logró Kirchner oculta que la reelección del 23 de octubre fue en realidad una re-reelección. Cristina consiguió lo que no consiguió aquel Menem del 99. z we
Kirchner, el poder y la caja
Yo que vivo de los Kirchner, a Néstor lo extraño porque solamente a un alucinado como a él se le puede ocurrir esa cosa de las testimoniales, confiesa Jorge Asís, a quien -nadie duda- su antikirchnerismo le brota por los poros. Igual, se esfuerza por dibujar un retrato acabado de la figura compleja y contradictoria que fue el ex presidente. Para algún sector de los intelectuales, el kirchnerismo representa la última versión de la revolución posible. Hasta esto se puede llegar. Y empiezan a recitar los indicadores y aluden a la supuestamente más equitable redistribución de la riqueza, que en realidad es todo trucho, por eso yo hablo de la revolución imaginaria del kirchnerismo. Kirchner es el político que supo conjugar la construcción de poder y la construcción de caja. La construcción de caja para mantener el poder. Ignorar el sistema recaudatorio de acumulación que pasaba por la obra pública, las tajadas de los subsidios, negar eso es hablar de otro Kirchner. Kirchner, en esto, puede ser equiparable a esos grandes tipos que vos elegís de ellos lo que te parece.
Perfil de un provocador
La polémica acompañó a Asís en toda su carrera. Autor de numerosos libros, trabajó como periodista en Clarín en los 70 bajo el seudónimo de Oberdán Rocamora. En los 80, escribe Diario de la Argentina, una novela con intimidades del matutino que le valió el destierro de los grandes medios. Fue embajador en la UNESCO, secretario de Cultura y embajador en Portugal durante el menemismo.









