Indra Argentina, la filial offshore más antigua del holding español especializado en tecnología y seguridad, enfrenta hoy un desafío doble: tanto el mercado internacional como el doméstico muestran por estos días más incógnitas que certezas. No obstante, desde la sede local, sus directivos apuestan por aprovechar al máximo la oportunidad que conlleva toda crisis: consolidar una operación que viene creciendo a dos dígitos por año, seguir apostando por el outsourcing y buscar nuevos horizontes gracias a nuevos servicios en cloud. En diálogo exclusivo con IT Business, Enrique Olivera, CEO de la filial local, acompañado por Esteban Fernández, director de Outsourcing, cuenta por qué la clave pasa por el cliente interno y el aumento de la calidad.

-¿Cómo ven desde Indra Argentina a la Argentina 2012, a mitad de año?

Lo que sentimos es una desaceleración en los pedidos de parte de nuestros clientes. Por otra parte, el crecimiento que vivimos en el último lustro y que fue de más de un 20% anual, tenía que decantar. Seguimos creciendo, pero con una merma en ese crecimiento.

- ¿En qué sectores?

Lo vemos en los proyectos de telecomunicaciones, también en proyectos de industria y energía. Con una particularidad: tenemos un mix de servicios con el extranjero y una política comercial de tener pocos pero grandes clientes. Entonces, el tema tiene que ver con la Argentina y con el contexto global.

- Desde otros ámbitos, se decía que las telecomunicaciones y la banca eran dos de los motores para este año.

Disiento de eso. Lo que pasa probablemente es que la merma de crecimiento se siente menos en ese sector.

- ¿Para este año, qué proyecciones hacen?

Vamos a crecer, pero nada comparado con los dos dígitos mencionados. Tendremos desarrollos para cada uno de los mercados en los que opera Indra: Banca, Energía, Administración Pública, Salud, Industria, Transporte y Tráfico. Y, claro, en el área de telecomunicaciones, que se diferencia del resto por la fuerte alianza con Telefónica.

- ¿Qué oportunidades ven en la Argentina?

Estamos en tratativas con un contrato para telemedicina. Ese servicio, para el cual contamos con toda la experiencia lograda en España, es uno de nuestros principales objetivos para este año y puntualmente para la Argentina. Se trata de una mezcla de servicio público privado. Otro tema que sigue siendo calve es la seguridad. Con los nuevos problemas en este milenio, los protocoles y la tecnología inherente a las fuerzas militares, desde el punto de vista tecnológico, se ha tratado de llevar hacia el tema de la seguridad civil. Y allí, la tecnología, en cuanto a sistemas de monitoreo y seguimientos de imágenes.

- Otro de los sectores más mencionados es el de la administración pública. ¿Cómo interpretan la oportunidad allí?

En la Argentina, a nivel general, nuestra participación en el sector público es de un 25% contra un 75% en el privado. Entonces, la seguridad es un ámbito que excede el sector público. Muchos de nuestros grandes clientes, desde petroleras hasta firmas de comercialización de granos, requieren soluciones.

- ¿Qué desafíos ven para la segunda etapa del año?

El principal es mantener la competitividad. Después de la crisis de 2001/02 y la devaluación, se aprovechó la coyuntura para instalar fuertemente la marca de la Argentina como proveedora de servicios tecnológicos para el mundo. La variable coyuntural que significó una hora de desarrollo en dólares muy competitiva, en término de precios a nivel mundial, había que transformarla en una que no dependa únicamente de una tarifa sino que, también, de la calidad. Y eso se logró. Como todas estas cosas, en este proceso, se comenzó a recalentar el mercado interno. Y ese recalentamiento lleva también a un incremento de los costos del sector. Si a eso se suman los incrementos en moneda extranjera que hemos tenido aquí, tenemos un desafío importante para aumentar la competitividad.

- ¿Qué pueden hacer desde Indra Argentina?

Muchas cosas. Podemos aprovechar para consolidar servicios. En el área de IT, cuidar nuestro talento y eliminar redundancias. En un mix que se apoya sobre las variables precio y calidad, si el precio se mueve hacia arriba, hay que tener mucha atención en no perder calidad. Si no el modelo se cae. En esa línea estamos.

- ¿Cómo impacta ello en su negocio de outsourcing?

Se está haciendo un foco muy fuerte en la medición de la productividad. Indra, a nivel mundial, armó un paquete de aplicaciones con los que obtenemos indicadores para medir la productividad de un desarrollador Java de la Argentina respecto a Colombia o España. Con eso, sabemos si estamos con capacidad para mejorar. Y eso es lo que se va a trabajar: apuntarle a la productividad.

- ¿Cuánto prevén reforzarse en cuanto personal?

No preveemos tomar más de los que ya tomamos. Lo que vamos a trabajar es poner mucho más foco en retener a aquellos a los que queremos retener y dejar ir a los que nos plantean irse.

- ¿Qué oportunidad representa tener el outsourcing como un foco en la Argentina y no ampliar o diversificar la oferta?

En nuestro caso, el foco está en la parte de servicios. Lo que da la oferta de servicio de outsourcing es previsibilidad. Y hoy, a pesar de la evolución que tuvimos, todavía uno encuentra en el mercado empresas importantes que recién se posicionan en outsourcing, en términos de mantenimiento de aplicaciones ahí todavía hay oportunidades. No en infraestructura.

- Indra anunció a principio de año un producto a nivel mundial que se llama In-Cloud. ¿Cómo evoluciona ese desarrollo en lo regional y local?

Indra definió al servicio como un no cloud utility: orientado a entregar servicios de valor agregado. Mucho relacionado con lo que es la consultoría inicial. Por ejemplo, si una empresa tiene que definir si renova su data center, el responsable de tecnología debería analizar la posibilidades de subirlo todo a la nube. Pero ese proceso es muy complejo: hay aplicaciones que pueden subirse a la nube casi sin tocarlas y hay otras que deben modificarse casi de forma completa; si va a ser una nube pública o privada. Para eso, Indra armó un servicio de consultoría, liderado desde España. Por otro lado, la compañía también está definiendo una serie de aplicaciones, propietarias y de terceros, para venderla a nivel mundial como Software as a Service (SaaS, por sus siglas en inglés). Tenemos Desktop as a Service, con un acuerdo muy fuerte con NEC. Y, para lo que son los servicios de outsourcing que ofrecemos, podemos utilizar la nube de Indra, como Platform as a Service (PaaS).

- Sin embargo, a gran escala, ese tipo de oferta parecería no cerrar tanto, según analistas independientes. ¿A qué tipo de empresa apuntan con el servicio y qué negocio buscan?

En las reuniones tecnológicas que tenemos con los clientes estamos tratando el tema del cloud. Y coincido: el mercado aún está en ciernes. A las empresas, les cuesta mucho sacar la información de la compañía. Ya el paso que dieron, contratando data center genéricos fue un paso importante. Ahora, con vistas al cliente, nosotros buscamos un cambio cultural dentro de la propia compañía. Porque, cuando se empieza a pensar en el tema del cloud, se empieza a pensar más en el servicio que en la corporación. Por eso, el de la consultoría previa es importante, y especialmente de cara a las pymes, que tienen un modelo de toma de decisiones más ágil y, a veces, el personal de IT de una pyme no está a nivel de una estructura grande de una compañía grande. La etapa hoy, para nosotros, pasa por verlo como software como un servicio para ciertas aplicaciones. El desafío para este año, es tratar de incorporar al portfolio de los gerentes de Mercados Verticales de Indra la solución cloud, adaptada para la región. Con esto, estamos apuntando a tener para fines de junio un plan de potencialidades.

- ¿La inflación, cuánto dificulta?

Me preocupa muchísimo. Sobre todo cuando se tiene una distorción en los precios relativos importantes. Como decíamos, en el mix calidad y precio, una vez quese establece una buena calidad, las mejoras en ese sentido se hacen en pequeños pasos. Y si la otra variable sigue creciendo, se complica.