El hasta ayer embajador de Brasil en Washington, Mauro Vieira, se convirtió en el nuevo canciller de Brasil. Pero Vieira no sólo fue embajador en Washington. Antes fue embajador en Buenos Aires, jefe de gabinete de la Cancillería y Subsecretario General en Brasil.

En su paso por la Argentina, el flamante canciller trabó una gran relación con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y también con varios empresarios argentinos. De hecho, Vieira durante su paso por la Argentina era un hombre clave para llevar adelante la relación entre los gobiernos de ambos países por el Mercosur, bloque que también componen Uruguay, Paraguay y Venezuela como socios plenos.

Vieira, al mismo tiempo, era uno de los hombres que mediaba entre la convulsionada industria automotriz de la Argentina y Brasil. Claro que cuando se fue de Buenos Aires, en la Argentina no estaba el cepo cambiario ni los fondos buitres eran una amenaza. Sin embargo, los cortocircuitos comerciales entre los dos principales socios del Mercosur son históricos.

La agencia Brasil247 describe a Vieira como un abogado de la Universidad Federal Fluminense y diplomático de carrera, discreto y ultraprofesional.

Por otro lado, en el nuevo Gabinete, con menos mujeres que el anterior, no aparece ningún ministro vinculado directamente al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, antecesor y padrino político de Dilma Rousseff.

Las disputas entre los partidos de la alianza oficialista por cargos y espacio político obligaron a la presidenta a anunciar los nombramientos por etapas en un proceso que sólo concluyó en vísperas de su investidura.

Además de las complicadas negociaciones políticas, la propia Rousseff admitió que la formación del Gabinete se dificultó por la posibilidad de que alguno de los políticos que tenía en mente estuviese implicado en el escándalo de Petrobras, que se investiga bajo estricto secreto judicial.

La renovación del Gabinete comenzó en los primeros días de noviembre cuando la presidenta anunció cuatro ministros con perfil técnico para carteras del área económica.

Los primeros en ser nombrados fueron Joaquim Levy, un economista independiente con fama de ser defensor del recorte de los gastos públicos, para Hacienda; el líder empresarial Armando Monteiro para Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, el técnico Nelson Barbosa para Planificación, y el economista Alexande Tombini, ratificado como presidente del Banco Central y que tiene estatus de ministro, según la agencia EFE.

Pese a los cuidados en las negociaciones, la mandataria terminó incluyendo en su equipo de ministros a tres políticos procesados por la Justicia y a cinco derrotados en las elecciones legislativas y regionales de octubre, para poder satisfacer el apetito de los partidos de su coalición de Gobierno.

Los ministros que enfrentan procesos son la senadora Kátia Abreu, que asumió el Ministerio de Agricultura y responde a un proceso por falsificación de sello público; el senador Eduardo Braga, nombrado como ministro de Minas y Energía; y el diputado Hélder Barbalho, nuevo ministro de Pesca e investigado por mal desempeño en la administración pública.