

Con una producción industrial más fuerte de lo esperada, China vuelve a alejarse el destino de los demás mercados emergentes que ven con preocupación la pronta reducción de los estímulos por parte de los Estados Unidos.
El gigante asiático en cambio, después de una desaceleración de más de dos años, vuelve a recuperarse vigorosamente.
Según datos oficiales, el crecimiento de la producción industrial aumentó un 10,4% en agosto respecto del año anterior, lo que significa un máximo de 17 meses. Las ventas minoristas crecieron 13,4% anual, su ritmo más rápido del 2013 después de contraerse en nueve de los últimos 10 trimestres, aumentando la confianza en la segunda mayor economía del mundo.
El gobierno ha fijado un meta de crecimiento para 2013 del 7,5%, la cual sería la cifra más débil en más de dos décadas.
Hace sólo un mes, los inversores expresaron su preocupación de que China incluso podría incumplir ese objetivo, después de que los mercados monetarios locales se vieron afectados por una crisis de liquidez sin precedentes y el crecimiento anual se desaceleró a un 7,5% en el trimestre terminado en junio.
Pero desde mediados de año, una serie de medidas específicas de parte de las autoridades, entre ellas la aceleración de la inversión ferroviaria, la construcción de viviendas sociales y la introducción de políticas para ayudar a las empresas más pequeñas, han mejorado la confianza y las señales provenientes de los datos económicos han sido positivas.
Cifras difundidas a principios de este mes han mostrado fuertes exportaciones y una inflación benigna en agosto, así como señales de recuperación en el sector manufacturero.
Li, analista de Shenyin y Wanguo, espera que el crecimiento repunte al 7,6% en el tercer trimestre, justo por encima de la meta oficial.










