PUNTO DE VISTA

Vivir con lo nuestro

Desde hace mucho tiempo el gobierno optó por vivir con lo nuestro. El problema es que cuando uno no produce lo suficiente, alguien tiene que resignar recursos.

Aunque es cierto que a principios del año pasado se intentó quebrar este criterio con el nuevo índice de precios (y el acercamiento al FMI), los juicios del Ciadi, el Club de París y Repsol, estos avances se desdibujaron una vez desatado el conflicto con los holdouts. Así, la realidad es que hoy seguimos teniendo sólo lo que podemos generar .

A su vez, como el gobierno consume más de lo que produce (con una brecha cada vez mayor), vivir con lo nuestro ha forzado al sector privado a hacer el ajuste.

Ejemplo de ello es que en 2014 los bancos incrementaron el crédito al sector público en poco más de 74%, esto es, nada menos que $ 167.200 millones. Así, el crédito al sector público pasó de representar un 21,7% del total en 2013 a un 28,2% el año pasado. Obviamente, la contrapartida de este fuerte incremento del financiamiento al sector público es un ajuste en el crédito al sector privado, que perdió más de 5% de participación en el activo del sector financiero.

¿Qué explica esta situación? Para evitar mayores presiones inflacionarias, el BCRA está colocando LEBACs a los bancos de manera de quitar de circulación una importante porción de los pesos que emite para financiar el creciente déficit fiscal.

Con esto, Argentina no sólo está dañando severamente sus mercados de crédito con sus altísimos niveles de inflación, sino también a través de un efecto sustitución (crowding out), donde el financiamiento al sector público está desplazando el del sector privado. Y este desplazamiento ocurre en un mercado en el que el crédito se encuentra muy poco desarrollado. De hecho, nuestros índices son los más bajos de la región.

De acuerdo a los últimos datos, la brecha con la media de Latinoamérica se acerca a nada menos que 20 puntos, un resultado absolutamente desalentador, dada la importancia que tiene el crédito al sector privado para impulsar el crecimiento y las inversiones en el mediano plazo.

Resulta evidente que el intento del equipo económico de barrer el excedente de pesos bajo la alfombra se hace en detrimento de la capacidad de tomar crédito del sector privado. A su vez, y dado que este estaba principalmente dirigido al consumo, el principal crowding out se da sobre el consumo, un aspecto no menor en términos de crecimiento, dado que el gasto delos hogares representa aproximadamente dos tercios del PIB.

En respuesta a esto y en línea con el modus operandi oficial a nivel histórico, el gobierno lanzó el plan Ahora 12, para intentar reactivar el consumo de bienes. Así, aplica nuevamente un parche para intentar solucionar los problemas que va generando la continuación de las distorsiones macroeconómicas.

El rojo y los parches

El déficit fiscal sigue siendo el principal problema. El intento de que éste déficit no sea tan inflacionario ha generado un efecto crowding out, que seguirá generando distorsiones en el mercado de crédito, en detrimento del consumo y las opciones financieras de la economía privada.

La duda que surge es hasta donde puede el BCRA seguir absorbiendo liquidez del sistema financiero sin que ello profundice la caída de la activad. Los parches sólo sirven para darle tranquilidad a los que hacen el daño pero sabemos que no son suficientes para dar una respuesta definitiva a los problemas subyacentes. Los ejemplos son claros: el Plan Pro.Cre.Ar no sirvió para revertir la caída de la construcción, mientras que el Ahora 12 tampoco evitó la contracción del consumo. Finalmente, incluso con el plan Pro.Cre.Auto vigente, las ven tas y la producción de vehículos se desplomaron el año pasado.

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