El dólar no se mueve, las tasas están altas, el crédito se desvanece. El mercado festeja, pero la industria automotriz fabrica y vende menos.


Es difícil la fórmula para contener la inflación, el dólar quieto, y al mismo tiempo mantener un elevado consumo interno.


En la Argentina hay 10 fábricas que producen autos. Y hay siete en problemas. Problemas cuya solución radica en achicar el stock. Es decir, frenar la economía tiene como consecuencia directa un menor consumo, y un menor consumo es ajuste, porque si se vende menos los empresarios toman medidas.


La medida en este caso es limitar la producción. Eso viene ocurriendo en los últimos meses en el país.


Ante el recorte de más de 30% en la producción de autos, las terminales eliminan turnos, suspenden o despiden personal. En ese sentido, Honda decidió esta semana suspender un mes la fabricación de autos y motos. La empresa pagará el 80% del salario de los 930 operarios nucleados en los sindicatos de Smata (mecánicos) y Asinra (supervisores), pero a cada trabajador le llegará a su bolsillo el 100% de su sueldo.


Con esta medida, la empresa, que prefirió no realizar ningún tipo de declaración, es la séptima compañía que suspende personal en los últimos meses.


Las que todavía no tomaron esa decisión son Ford, Toyota y Mercedes Benz, porque su producción no varió desde el arranque del año.


Pero el verdadero problema de la industria no tiene su epicentro en las terminales. De hecho, las fábricas pueden suspender el personal y pagar el salario completo porque, en definitiva, el costo que representa el sueldo de un trabajador en el total de fabricación de un auto ronda el 4%.


Si hay menores ventas, necesariamente hay que achicar la producción. Esto sucede en la Argentina y en cualquier lugar del mundo.


El problema de más difícil solución cuando se frena la producción está en las autopartistas y en los obreros de estas empresas. En estas firmas, el salario de los trabajadores suele representar hasta el 50% del costo del producto fabricado.


En estas compañías, la crisis pega mucho más. En la mayoría de los casos, la caída de la producción se traduce en el despido de operarios.


Para el Gobierno, el problema de la industria local está concentrado en las menores compras de Brasil. Es una verdad a medias. Lo que pasa en la Argentina no es menor.


Las ventas en el país cayeron casi 40% y la producción, más de 30% solo en el último mes. Peugeot Citroên PSA es, en este caso, la más afectada. La francesa es la sexta productora de autos de la Argentina y vende el 75% en el país.


Exporta apenas el 25%, cuando el resto vende al exterior entre 43% (Renault) y 80% (Honda). Es decir, lo que le pasa a la empresa francesa tiene poco que ver con Brasil y mucho que ver con la Argentina.