¿Eliminar los billetes y levantar el cepo?

Una semana después de que el Banco Ciudad, presidido actualmente por Rogelio Frigerio (N), liderara el pedido de ADEBA, ABA y ABE por la introducción de billetes de mayor denominación, Federico Sturzenegger propuso no imprimir billetes de $200, $500 o $1000. Es más, dijo que hay eliminar todos los billetes. Si la idea fuera la de eliminar por completo el peso podría caerme simpática aunque no estaría del todo de acuerdo. Sin embargo la propuesta del ex presidente del Banco Ciudad no es producto de la mente retorcida de un libertario.

Lo que realmente propone es obligar a la gente a tener una cuenta bancaria y obligar a la gente a usarla con la intención de desincentivar la informalidad. Al lector puede parecerle una idea muy parecida al corralito de 2001 impuesto por Domingo Cavallo y mucho más si recuerda que Sturzenegger fue secretario de política económica del superministro (aunque vale aclarar que renunció a su cargo de secretario unos días antes de que se implementaran las restricciones al retiro de efectivo).

La efectividad de la idea de Sturzenegger se basa en los principios económicos básicos de la oferta y la demanda. El dinero en efectivo es un insumo para la producción de transacciones en los sectores formal e informal. Si obligamos a la gente a no usar efectivo (que es una manera rebuscada de decir que prohibimos su uso), eliminando los billetes de alta denominación, entonces aumentamos el costo de llevar adelante transacciones de mucho valor y reducimos la cantidad que se llevan a cabo. El diputado nacional por el PRO argumenta que el impacto sobre las transacciones del sector formal es nulo ya que existe un sustituto perfecto para el efectivo que es el dinero bancario. Por lo tanto la eliminación del efectivo no aumenta el costo de las transacciones en el sector formal y estas permanecen inalteradas o incluso aumentan como discutiremos a continuación.

Supone además que, para las transacciones en el sector informal, el dinero en efectivo y el dinero bancario no son buenos sustitutos. Esto implica que la eliminación del efectivo aumenta mucho el costo de las transacciones en el sector informal, reduciendo la cantidad de las mismas e induciendo a muchos participantes del sector informal a pasarse al sector formal. Lo que no menciona en su artículo es que en el sector informal hay otros instrumentos que pueden sustituir a los pesos en efectivo como medio de pago. Por ejemplo, uno podría hacer esas transacciones informales en dólares billetes, algo que a muchos argentinos le resulta de lo más natural por más que no sea de su agrado. Por lo tanto, para que su propuesta funcione, además de eliminar los billetes de $ 100 hay que prohibir el uso del dólar.

Suena extraño que quien fomente dicha idea forme parte del partido político liderado por Mauricio Macri cuya campaña para las elecciones presidenciales se basa en decir que el cepo al dólar se va a levantar si ganan los comicios.

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