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Europa atraviesa un momento de máxima tensión estratégica tras señales cada vez más claras de que Estados Unidos está reduciendo su compromiso como garante de la seguridad europea.

Declaraciones recientes del presidente Donald Trump, junto con nuevas decisiones políticas y económicas desde Washington, han encendido las alarmas en Bruselas y en varias capitales del continente.

Groenlandia, en la mira de Trump: sanciones y presión política

El punto de inflexión llegó cuando Trump afirmó que EE. UU. “necesita Groenlandia” por razones de seguridad, pese a ser un territorio autónomo de Dinamarca, país aliado en la OTAN.

Declaraciones recientes de Donald Trump, junto con nuevas decisiones políticas y económicas desde Washington, han encendido las alarmas en Bruselas y en varias capitales del continente. Imagen: archivo.
Declaraciones recientes de Donald Trump, junto con nuevas decisiones políticas y económicas desde Washington, han encendido las alarmas en Bruselas y en varias capitales del continente. Imagen: archivo.EFE / EPA / JIM LO SCALZO / POOL

A esto se sumaron sanciones contra exfuncionarios europeos y críticas directas a la Unión Europea, a la que Washington acusa de restringir libertades y regular en exceso a las grandes tecnológicas estadounidenses.

Europa en alerta: dependencia militar y temor a un repliegue

Aunque los países de la UE han incrementado su gasto en defensa, Europa sigue siendo altamente dependiente de EE. UU. en áreas clave como inteligencia, disuasión nuclear y tecnología militar.

Informes recientes advierten que un eventual retiro parcial del apoyo estadounidense dejaría al continente vulnerable frente a amenazas externas, especialmente en un contexto de guerra en Ucrania y mayor presión rusa.

Ante este escenario, incluso los gobiernos más atlantistas reconocen la necesidad de avanzar hacia una defensa europea más autónoma. La idea de que EE. UU. priorice otros escenarios globales obliga a Europa a acelerar decisiones estratégicas que hasta ahora había postergado.