

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acompañado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, presentó en la Casa Blanca un plan de paz de 20 puntos que busca poner fin a la guerra en Gaza, iniciada tras el ataque de Hamás en octubre de 2023.
El documento, respaldado también por varios países de Medio Oriente y Europa, propone un alto al fuego inmediato y medidas concretas que cambiarían el futuro del conflicto.
El plan de Trump para devolver la paz: cuáles son los puntos principales del acuerdo
Entre las condiciones más relevantes se destacan:
Liberación de rehenes en un plazo de 72 horas.
Desarme y desmovilización de Hamás.
Retiro gradual de tropas israelíes de Gaza.
Ingreso de ayuda humanitaria inmediata al enclave.
Liberación de prisioneros palestinos detenidos en Israel.
Creación de una "Junta de Paz", encabezada por Trump y con participación del ex primer ministro británico Tony Blair, para supervisar la implementación.

En una etapa posterior, los palestinos podrían votar por una autoridad de transición, sin participación de dirigentes de Hamás.
La posición de Israel y Hamás: ¿y qué dice Palestina?
Durante la conferencia de prensa, Netanyahu respaldó la iniciativa pero advirtió que, si el grupo palestino no la acepta, Israel "terminará el trabajo" por la fuerza.
Por su parte, un funcionario de Hamás aseguró que la propuesta será evaluada, pero reiteró que las armas de la resistencia son una línea roja mientras continúe la ocupación israelí.
La Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania, valoró el plan de Trump y lo calificó como un esfuerzo "sincero". En un comunicado, manifestó su compromiso de convocar elecciones parlamentarias y presidenciales tras el fin de la guerra, además de impulsar reformas en seguridad y educación.
¿El inicio de un nuevo Medio Oriente?
Trump destacó que el plan podría ampliar los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020, con los que varios países árabes normalizaron relaciones con Israel. "La promesa de un nuevo Medio Oriente está claramente a nuestro alcance", afirmó.
Sin embargo, analistas advierten que se trata de un marco de negociación ambiguo, que deja abiertas las diferencias clave entre Israel y Hamás. El acuerdo no representa aún el fin de la guerra, pero abre la puerta a una nueva ronda de negociaciones internacionales.







