

Un hallazgo arqueológico en un remoto bosque del norte de Ontario, Canadá, dejó perplejos a investigadores locales y europeos.
Se trata de una piedra tallada con símbolos rúnicos, que al ser descifrados revelaron una sorprendente oración: el Padrenuestro en sueco, con una escritura que remonta al siglo XVII.
Una roca escondida entre los árboles revela huellas de fe y migración
En Wawa, una pequeña localidad canadiense rodeada de naturaleza virgen, un equipo de arqueólogos identificó en 2018 una roca cubierta con 255 símbolos y la imagen de un barco con 16 personas. Aunque el hallazgo ocurrió hace algunos años, el análisis profundo fue completado recientemente y los resultados son extraordinarios.

La piedra, de gran tamaño, se encontraba oculta entre la vegetación, como si esperara a ser descubierta. Su superficie está grabada con runas nórdicas, el sistema de escritura utilizado por los vikingos y antiguos pueblos germánicos de Escandinavia, lo que encendió de inmediato la alarma entre los expertos.
Descubren una piedra tallada con un Padrenuestro en sueco antiguo
El arqueólogo Ryan Primrose, a cargo del Centro de Educación Arqueológica de Ontario, decidió consultar a uno de los mayores expertos mundiales en runología: el profesor Henrik Williams, de la Universidad de Uppsala, en Suecia. Su análisis confirmó lo inesperado: los símbolos grabados correspondían al texto completo del Padrenuestro en sueco, en una versión rúnica del año 1611, que había sido republicada siglos más tarde.
Este descubrimiento pone en evidencia no solo una presencia escandinava en la región, sino también la dimensión espiritual de quienes tallaron la piedra.
¿Por qué hay runas suecas en un bosque canadiense?
Según la investigación de Primrose, durante el siglo XIX la histórica Compañía de la Bahía de Hudson -una de las más antiguas de América del Norte- contrató trabajadores suecos para operar en remotas zonas comerciales. Uno de esos puestos se encontraba precisamente en Michipicoten, no lejos del lugar del hallazgo.
Los investigadores creen que la piedra formaba parte de un sitio de oración o culto cristiano usado por estos inmigrantes. La figura del barco con 16 tripulantes habría representado a los trabajadores desplazándose por los vastos ríos y lagos canadienses, mientras que el Padrenuestro, tallado en su lengua natal, era una forma de mantener viva su fe en tierra desconocida.
Un puente entre dos mundos: Escandinavia y América
Este hallazgo no solo reescribe una parte de la historia migratoria, sino que también sugiere que el legado vikingo y escandinavo llegó mucho más lejos de lo que se creía. Lejos de los templos europeos o los asentamientos normandos, una sencilla piedra en Canadá se convierte en testimonio de la espiritualidad y la resiliencia de quienes cruzaron el océano en busca de una nueva vida.





