

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, volvió al foco público en medio de un caso marcado por acusaciones cruzadas, operaciones fallidas y un protagonista que enfrenta un grave frente judicial: Víctor de Aldama.
Torres calificó la versión del comisionista como una “absoluta farsa” y una historia “rocambolesca”, al tiempo que reafirmó su “confianza absoluta en la Justicia” para desmontar lo que considera un intento de involucrarlo en hechos sin pruebas.

Torres responde con firmeza en una cancha marcada por la causas de corrupción
Tras la reunión de la ejecutiva regional del PSOE de Canarias, Torres habló con los medios para desestimar por completo las acusaciones provenientes de Aldama, investigado en múltiples tramas vinculadas a contratos irregulares. El ministro afirmó que quienes buscaban verlo “en una situación comprometida se han quedado con la miel en los labios”.
Señaló que solo responderá a Aldama “cuando haya una sola prueba que sea veraz por parte de esa persona”. Añadió que algunos esperaban que el informe de la UCO lo afectara políticamente, pero sostuvo: “Intentan encontrar donde no hay”.
Torres subrayó además que el informe de la Guardia Civil desmintió episodios adjudicados por Aldama: “Este señor me acusó de haber estado con mujeres explotadas y era mentira”. También rechazó señalamientos sobre comisiones, “mordidas” y reuniones para tratar refinerías “ilegales”. Para graficarlo, afirmó que ya suma “cuatro de los cinco dedos de una mano” en acusaciones falsas.
La defensa del ministro ante lo que califica como una “historia rocambolesca”
Torres dedicó un tramo central de su intervención a desarmar la lógica de la última imputación mediática lanzada por Aldama, a quien ubicó en el centro de un relato sin sustento: “Ahora se inventa una cosa rocambolesca [...] de que en el año 2020 yo eso lo hacía porque en el año 2023 quería ser ministro”.
El ministro expuso que dicho argumento implicaría prever tres años antes que sería candidato, ganaría las elecciones en Canarias y luego integraría un gobierno presidido por Pedro Sánchez. Calificó el planteo como un ejercicio sin base fáctica y sentenció: “Es todo tan absurdo” que cualquier persona “que tenga un mínimo de sentido común” puede advertirlo.
Torres enmarcó estas acusaciones dentro de un clima político enrarecido, donde figuras con causas abiertas, como Aldama, intentan proyectar sombras sobre dirigentes con responsabilidades institucionales. El ministro insistió en que su defensa se apoya en documentación oficial y no en especulaciones.
Torres aclara su posición judicial y reivindica su rol institucional
Para despejar dudas, Torres reiteró que no está imputado en el caso Koldo. Reafirmó su voluntad de “respetar a la justicia”, en la que dijo tener “una confianza absoluta”. Destacó que seguirá centrado en “trabajar para el bien de la gente”, alejándose del ruido político derivado de denuncias sin verificaciones.
El ministro recordó que su nombre no figura entre las personas señaladas formalmente por la causa judicial. Aseguró que la estrategia de su defensa será responder únicamente con hechos verificables y seguir aportando claridad institucional.
Su mensaje cerró una jornada marcada por tensión mediática y discusión parlamentaria, donde el peso de las investigaciones por corrupción vuelve a ocupar un lugar central en la agenda pública.













