Un equipo internacional de 50 investigadores, liderado entre otros por el Centro de Análisis Genómico (CNAG) y el Centro de Regulación Genómica (CRG), ambos en Barcelona, ha confirmado un hallazgo histórico.
Descubrieron cromosomas fósiles en la piel de un mamut lanudo preservado en el permafrost, el suelo congelado, de Siberia desde hace 52.000 años.
El increíble hallazgo en un fósil de mamut
Los investigadores han realizado un verdadero hito, ya que la hazaña ni siquiera se creía posible. Con los cromosomas, que indican la posición de los genes en la célula del animal, han permitido ensamblar un genoma antiguo y su estructura tridimensional por primera vez.
Según ha publicado ABC, estos fragmentos se encontraban extraordinariamente conservados y así permanecieron durante milenios, gracias a un proceso de vitrificación similar al de la cecina o la carne seca. Así, atesoran una información genética ingente a la que hasta ahora era imposible tener acceso con las muestras de ADN antiguo recuperadas.
Así, se podrá conocer qué genes estaban activos en el mamut en ese momento, lo que revela, entre otras cosas, por qué eran peludos. El hallazgo, ha sido publicado la semana pasada en la revista Cell y abre la puerta a ensamblar genomas de especies extintas a partir de muestras de museo, e incluso el de un humano del pasado.
"Ni siquiera nosotros mismos podíamos creerlo", ha asegurado Cynthia Pérez Estrada, coautora del estudio en la Universidad de Rice y la Escuela de Medicina de Baylor (Houston, Estados Unidos) al mismo medio. Desde 2015, la investigadora ha buscado cromosomas en muestras antiguas y de poca calidad.
"Llegué a guardar en el balcón los huesos de mi cena de Acción de Gracias y recogía ratoncillos atropellados y otros animales muertos que encontraba en la calle. Parecían unos experimentos muy locos", agrega.
El rumbo de la investigación cambió por completo cuando uno de los colaboradores del equipo, Love Dalén, les entregó un pequeño trozo de piel, apenas un centímetro cúbico, de la oreja de "Chris Waddle", una mamut muerta de hace 52.000 años en Siberia, desenterrada en 2018 (fue bautizada así porque su pelo se parece al del exfutbolista inglés).
La estructura del cromosoma completo estaba preservada. "El genoma se representa tradicionalmente como una cuerda, pero en realidad está doblado miles y miles veces, de forma que los dos metros de genoma que tenemos en las células humanas, por ejemplo, caben en diez micrómetros, que es el tamaño del núcleo celular. Esa estructura tridimensional es lo que estábamos viendo en el mamut", han detallado los científicos.
El hallazgo supone también un paso más en el sueño de darle vida al mamut o a otras criaturas desaparecidas de la faz de la Tierra desde la prehistoria. Aunque todavía se trata de un deseo lejano.
Por qué es tan importante el cromosoma hallado
El equipo determinó que el mamut lanudo tiene 28 pares de cromosomas, al igual que los elefantes modernos, sus parientes vivos más cercanos.
Además, su examen permitió observar qué genes estaban activos cuando el animal murió. Si bien la mayoría coincidía con los de la piel de los elefantes, se distinguió un patrón de actividad distinto en los genes que regulan el desarrollo del folículo piloso. Es decir, los que hacen que el mamut sea peludo.
También hallaron genes con distinta expresión relacionados con la inmunidad, lo que arroja luz sobre cómo el mamut estaba adaptado a su ambiente, muy diferente del de los elefantes actuales.