En medio de las críticas del Frente de Todos al Poder Judicial y su independencia, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, cerró el encuentro de Diálogo para la Argentina, organizado por el Colegio de Abogados de la Ciudad, con un mensaje a favor de la calidad institucional como base del desarrollo. Incluyó, en sus palabras, la libertad de expresión y la alternancia en el poder
"El desarrollo es mucho más que el crecimiento. Es salud, es educación y es calidad institucional. El desarrollo no se mide solamente por el PBI per cápita, sino también por la independencia de los poderes, por la vigencia de la libertad de expresión, por la alternancia en el ejercicio del poder", dijo Rosatti en el cierre de la jornada que organiza anualmente el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.
Si no fuera porque quienes lo escuchaban en el amplio salón de la Bolsa de Comercio eran los máximos responsables de lo más granado en estudios jurídicos porteños, lo hubieran aplaudido. Pero se contuvieron -como en una ópera en el Colón- hasta el final, aunque se notaba que tenían muchas ganas.
Es que en la ponencia que propuso el presidente de la Corte Suprema, "Modelo Económico de la Constitución Argentina", no se privó de las definiciones. Reconoció que no hay ningún capítulo sobre economía en la Constitución porque entonces, 1953-1960, "se daba por descontado que se trataba de un asunto de privados".
Sin embargo, el magistrado dijo que el modelo económico es el del "sistema capitalista" ya que protege la propiedad privada (art. 14) y la iniciativa privada (17 y 19) y defiende a consumidores y usuarios (art. 42). "Quien quiera otro modelo tendría que hacer una revolución, o reformarla de acuerdo a los procesos que corresponden para hacerlo", desafió Rosatti.
También destacó que "no está prevista la lucha de clases" y, por el contrario, promueve "la profesionalización del trabajo" en un esquema donde existen el Estado y el mercado, "no el Estado contra el mercado".

Pero quizás lo más interesante fue cuando el presidente de la Corte Suprema atribuyó el fracaso argentino a la envidia, "un predominio que no permite construir una sociedad". "Es difícil hacer un nosotros cuando el que triunfa es castigado", agregó. Y zanjó: "así no se va a llegar a ningún lado".
Reconoció, no obstante, que "a veces, como Ulises, estamos tentados a seguir los cantos de la sirena. Como forma de evitarlo él se ató y pidió a su tripulación que no lo liberara aunque él se los ordenara". Y concluyó que "si nos atamos al mástil del barco de la Constitución Nacional, más temprano que tarde, llegaremos a buen puerto".
El evento comenzó con una mesa dedicada a un asunto donde la Justicia muestra un preocupante retraso, "Tendencias y Desafíos de la Digitalización", donde expusieron Federico Procaccini (Openbank), Horacio Liendo (Mercado Libre), Delfina Irazusta (Red de Innovación Local), que fue complementada más tarde con la exposición de Pablo Balancini y David Mielnik sobre "Propuestas para un sistema judicial eficaz. Transformación del sistema judicial".
Sobre "Presente y futuro del Consejo de la Magistratura de la Nación" hablaron Daniel Sabsay, Jimena de la Torre y Graciela Camaño, moderados por Manuel García Mansilla, decano de la Facultad de Derecho Universidad Austral, que fue complementada con la visión económica de Carlos Melconian en una charla a cargo de Joaquín Morales Solá.
Por último, Alberto Garay, presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad, dijo que "un buen juez tendría que estar pidiendo a gritos la transparencia que trae la digitalización. Pensemos este tema del lado de los buenos jueces". Y puso el foco en que "hay un pedido conjunto de nuestra profesión pidiendo que el Consejo de la Magistratura no sea un ámbito partidocrático que obstruya el buen funcionamiento de la Justicia".
"Muchos problemas en el ámbito judicial son fácil de resolver si cumplimos con la Ley y somos conscientes de nuestras responsabilidades institucionales", destacó el anfitrión del encuentro.



