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Durante décadas, su presencia fue un enigma para la ciencia. La cigarra gigante de Florida (Tibicen resonans), un insecto conocido por su potente canto, había quedado fuera de los registros científicos durante más de un siglo, alimentando la idea de que podría haber desaparecido de su hábitat natural.

Sin embargo, investigaciones recientes lograron confirmar su reaparición gracias a un elemento clave: su sonido. Grabaciones de campo permitieron identificar nuevamente a esta especie, cuyo canto característico no había sido documentado desde principios del siglo XX.

Aunque nunca fue declarada oficialmente extinta, la prolongada ausencia de registros convirtió a esta cigarra en una de las especies más esquivas del continente. Su redescubrimiento reactivó el interés científico y puso en evidencia el valor del monitoreo acústico para el estudio de la biodiversidad.

Un insecto sin registros durante más de 100 años

La Tibicen resonans fue descrita a comienzos del siglo XX, pero con el paso de los años dejó de aparecer en estudios entomológicos y relevamientos sistemáticos. La falta de observaciones llevó a que su existencia quedara relegada a referencias históricas, sin confirmaciones modernas.

Especialistas señalan que esta ausencia no implicó una extinción formal, sino una falta prolongada de registros, atribuida a cambios ambientales, pérdida de hábitat y la dificultad para diferenciar su canto del de otras cigarras similares. Esto la convirtió en una especie prácticamente invisible para la ciencia durante más de cien años.

El canto que permitió su redescubrimiento

El regreso de la cigarra gigante de Florida se produjo gracias a nuevas técnicas de registro sonoro, que permitieron detectar patrones acústicos únicos en zonas donde no se la había identificado previamente. El canto, intenso y vibrante, resultó determinante para confirmar su presencia.

Este hallazgo no solo devolvió a la especie al radar científico, sino que también reforzó la importancia del sonido como herramienta de identificación en insectos cantores. Para los investigadores, el caso de Tibicen resonans demuestra que algunas especies consideradas desaparecidas pueden seguir existiendo, ocultas, esperando ser escuchadas nuevamente.