En esta noticia

La movilidad en Bogotá y la sabana occidente entra en una nueva fase con el anuncio oficial de la prolongación de la Avenida La Esperanza, un proyecto que busca descongestionar los corredores más colapsados entre la capital y varios municipios de Cundinamarca. La iniciativa surge como respuesta a los extensos tiempos de desplazamiento que hoy afectan a miles de conductores.

El nuevo trazado se proyecta como una alternativa directa a las saturadas calles 80 y 13. Con esta obra, las autoridades esperan mejorar la conectividad regional y reducir de forma significativa los recorridos diarios entre Bogotá y municipios como Funza, Madrid y Mosquera.

Un corredor exclusivo para vehículos particulares

La vía fue concebida como un corredor destinado únicamente a carros particulares, sin tránsito de vehículos de carga y sin cobro de peaje. Esta condición busca garantizar un flujo constante y evitar los cuellos de botella que hoy se presentan en los accesos occidentales de la ciudad.

La obra permitirá descongestionar la vía y mejorar los tiempos de desplazamiento (Fuente: Cundinamarca).
La obra permitirá descongestionar la vía y mejorar los tiempos de desplazamiento (Fuente: Cundinamarca).Gobernación de Cundinamarca

El proyecto contempla una extensión total de 8,3 kilómetros, con tramos distribuidos entre Bogotá y Funza. Tendrá dos calzadas con dos carriles cada una, además de cicloruta y espacio peatonal, lo que apunta a una movilidad más ordenada y segura.

Cómo se coordina el proyecto entre Bogotá y Funza

La iniciativa se apoya en un convenio interadministrativo entre el Instituto de Desarrollo Urbano y la Alcaldía de Funza. El acuerdo establece cooperación técnica y administrativa para avanzar en los estudios, diseños y estructuración del proceso contractual de la obra.

Mientras el IDU lidera la revisión técnica y el aval de los estudios, el municipio asume la gestión presupuestal y los trámites necesarios para licencias y permisos. Un comité técnico conjunto hará seguimiento permanente al avance del proyecto.

Impacto regional y puntos clave de la obra

El nuevo corredor incluirá intersecciones a desnivel en sectores estratégicos como el río Bogotá y el humedal Gualí, con el objetivo de mantener la fluidez vehicular en cruces complejos. Estas soluciones buscan minimizar las detenciones y mejorar los tiempos de viaje.

Aunque no permitirá transporte de carga, la vía sí integrará el transporte intermunicipal de pasajeros, fortaleciendo la red regional. Las autoridades locales destacan que esta obra apunta a mejorar la calidad de vida, dinamizar la economía y ofrecer una salida real al histórico problema de congestión en la sabana occidente.