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Hay un análisis generalizado entre los especialistas y es que el sistema de franquicias va a crecer este año. Suele repetirse la variable: todos los años, según la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF), el porcentaje de expansión de este modelo en la Argentina ronda entre el 8 por ciento y el 15 por ciento.

Según estiman, cada año se incorporan entre 170 y 200 franquicias al sistema. Esto se explica porque, aún en contextos económicos recesivos, el riesgo asociado a invertir en una franquicia es relativamente bajo: la inversión inicial parte desde los US$ 16.000, y el recupero del capital se estima entre 18 a 24 meses, dependiendo del rubro y la ubicación.

En ese sentido, la AAMF informó que durante el año pasado casi todos los rubros de negocios mostraron crecimiento, aunque con ritmos dispares. Estética y Salud estuvo a la cabeza con un aumento del 49%, seguido por Servicios con el 39%, Indumentaria y Calzado con 11%, Gastronomía con 6% y Comercios Especializados con 3%. El único rubro que mostró un retroceso fue Capacitación que cayó un 10 por ciento.

Parte de esta expansión se explica por el cierre de negocios tradicionales que,ante un escenario económico recesivo, enfrentan mayores niveles de incertidumbre y dificultades para sostenerse en el tiempo.

"Hoy un negocio independiente está muriendo mucho antes que una franquicia, entonces desde ese punto de vista, la gente sigue apostando a tener un negocio con marca conocida, con productos aprobados y sabiendo que a partir del momento en que levantás la persiana estás vendiendo", explica Carlos Canudas, socio del estudio especializado en franquicias que lleva su nombre.

Canudas señala que debido al cierre de muchos negocios, la disponibilidad de locales comerciales vacíos va en aumento y, mientras a principios de este año encontrar un comercio disponible para instalar una franquicia suponía una tarea casi imposible, a partir del segundo semestre la situación comenzó a revertirse. De hecho, según se desprende de un relevamiento realizado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), durante el bimestre mayo-junio de este año, "el número de locales vacíos en las principales áreas comerciales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires registró una suba de 40% en relación al mismo período de 2024", y una suba del 12,3% respecto del bimestre anterior.

"Estamos viendo una migración de comercios tradicionales al sistema de franquicias", dice Canudas. En este movimiento, las franquicias low cost -es decir las que cuestan menos de US$ 45.000- son las que dan cuenta de un mayor dinamismo a causa de la baja inversión que requieren, puntualmente las dedicadas al formato take away. Sin embargo, explica, hoy se tarda alrededor de seis meses más en recuperar el monto de la inversión inicial a causa de los aumentos en los alquileres y los servicios, la baja del consumo interno y, en consecuencia, de la utilidad neta de los negocios.

"Negocios que eran tradicionales están desapareciendo y ese espacio lo están ocupando las franquicias", sostiene Daniel Arce, socio fundador de Franquicias que Crecen.

Y agrega: "En el último año y medio se consume alrededor de un 35 por ciento menos en la mayoría de los productos, lo que genera dos cosas. Por un lado, una reestructuración del consumo hacia productos más baratos como por ejemplo pizzas y empanadas, en el caso de la gastronomía, que es un consumo que aumentó muchísimo. Por el otro, el reacomodamiento social hace que las personas busquen nuevas fuentes de ingresos y se vuelquen, por lo tanto, al sistema de franquicias porque representa un refugio para los pequeños ahorristas. Se trata de un modelo más amigable para inversores que priorizan hacerlo en negocios tangibles antes que en inversiones más especulativas".

"Negocios que eran tradicionales están desapareciendo y ese espacio lo están ocupando las franquicias", sostiene Daniel Arce.

A modo de referencia, explica Arce, una franquicia con una inversión inicial de u$s 30.000 puede generar entre u$s 2000 y u$s 3000 mensuales de ganancia; en el caso de franquicias de u$s 60.000, los retornos estimados ascienden a u$s 4000 y u$s 5000, mientras que una inversión de u$s 100.000 puede rendir entre u$s 6000 y u$s 7000 por mes.

Expansión local con mirada regional

Rubros como las dietéticas y las heladerías muestran un dinamismo notable, con planes de apertura en nuevas zonas y una demanda sostenida. Tal es el caso de Eneldo, una cadena de dietéticas fundada en 2017 por tres exempleados de Walmart que este año abrió su sucursal número 45 y ya tiene 23 franquicias firmadas en proceso de apertura, muchas de ellas en el interior del país. "Nos va muy bien expandirnos fuera de Buenos Aires porque mediante nuestra red de distribución llevamos un surtido que no existe allá", explica Gastón Juri, fundador de la empresa.

Con ocho locales propios, el resto del crecimiento se apalanca en franquiciados, que invierten entre u$s 50.000 y u$s 65.000, dependiendo del tamaño del local. A pesar del aumento del 10% en los costos de inversión respecto al año pasado, Juri asegura que el tiempo de recupero se mantiene en torno a los 18 a 24 meses.

Otra marca con fuerte impronta territorial es Helados Daniel, que proyecta sumar entre 20 y 25 nuevos puntos de venta -en los próximos tres años- a los 87 locales que ya opera bajo el sistema de franquicias. En los próximos dos meses, la empresa, creada en 1978 por Daniel Paradiso, abrirá tres nuevas sucursales en Wilde y Lanús. Para acompañar este crecimiento, planea una inversión de hasta u$s 500.000 en infraestructura y logística, con el objetivo de hacer más eficientes sus procesos y elevar la producción anual a 2,5 millones de kilos de helado, frente a los 2 millones actuales.

"Si bien no nacimos con la idea de franquiciar, nuestro objetivo era ser la mejor heladería del barrio. En los 2000 comenzamos a crecer porque nuestros empleados querían independizarse y, para eso, abrían su propia sucursal. Pero, en 2010, formalizamos el sistema con un marco legal y comenzamos a pensar el presente de la empresa", explica Paradiso. El crecimiento, asegura, se da en función de los pedidos: "La demanda nos genera la expansión", señala.

La empresa, además, puso un pie en el exterior, puntualmente en Miami, donde cuenta con una planta elaboradora. "El modelo de Miami es distinto. Allí sí estamos en un centro gastronómico importante y somos precio líder en el lugar. Hacemos un helado artesanal que no es común en ese mercado", explica. Hoy, una franquicia de Daniel cuesta entre u$s 45.000 y u$s 50.000, con fee incluido, según el tamaño del local.

Daniel Paradiso, fundador de Heladerías Daniel.
Daniel Paradiso, fundador de Heladerías Daniel.

Pero el crecimiento de las franquicias argentinas no se limita al territorio nacional. Varias marcas locales vienen consolidando una expansión sostenida en el exterior, especialmente en mercados de América latina, donde encuentran condiciones favorables para replicar su modelo de negocio. Lejos de tratarse de una estrategia aislada, muchas empresas ven en la internacionalización una forma de diversificar ingresos, ganar escala y aprovechar su ventaja competitiva frente a competidores locales.

"En el imaginario argentino, Miami y España siempre aparecen como destinos atractivos, pero son mercados más complejos de lo que parecen. Estados Unidos es complicado por cuestiones legales y de costos. Una franquicia que acá cuesta u$s 50.000, allá vale u$s 200.000 debido a las cargas impositivas, los costos de los abogados, entre otras cuestiones. Ahora bien, es un mercado 50 veces más grande que el argentino. Si te va bien es un negocio que promete. España no es tan costoso, pero es un mercado más competitivo, donde cuesta escalar el negocio", indica Arce.

Según explica, los mercados regionales presentan las mejores oportunidades para comenzar a expandir una franquicia a nivel internacional, principalmente Paraguay -debido a su sistema tributario-, Uruguay y México. "El gran desafío siempre es Brasil por la barrera cultural e idiomática. Los mercados más atractivos son Paraguay y México porque hay un crecimiento de la economía interna muy grande", dice.

Una de las compañías que mejor representa este modelo es Havanna, que comenzó su internacionalización en 2003 cuando fue adquirida por el fondo de inversión privado Inverlat, actual dueño de la marca. Hoy la empresa tiene más de 400 locales: 270 en la Argentina y 212 en el exterior: Brasil (176), Perú (14), Paraguay (10), Chile (5), España (5) y Bolivia (2). Además, tiene operaciones de distribución en los Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia, Taiwán, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Colombia.

"Nosotros estamos abiertos a desembarcar en cualquier lugar del mundo en tanto y en cuanto haya un consumo similar a nuestros productos. Para eso hay que desarrollar estudios de mercado y eso por lo general lo hacemos de la mano de la pata local", indica Hernán Campagnoli, gerente de Red Internacional de Havanna.

La empresa tiene más de 400 locales: 270 en la Argentina y 212 en el exterior.
La empresa tiene más de 400 locales: 270 en la Argentina y 212 en el exterior.

Este año, Havanna abrió dos locales en Perú, dos en Paraguay, uno en Chile y 30 en Brasil -en éste último bajo la modalidad de máster franquiciado-, y está evaluando el desembarco en mercados como Panamá, México y Colombia.

Una franquicia de Havanna en el exterior oscila entre u$s 80.000 y u$s 200.000, según el tamaño del local. "En términos de rentabilidad porcentual todos los mercados son similares, pero por una cuestión de tamaño, Brasil es el mercado más rentable en términos nominales", detalla Campagnoli.

Por su parte, la marca nacional de indumentaria de trabajo Pamperoencaró un fuerte plan de expansión que contempla la apertura de tiendas tanto en la Argentina como en la región. Actualmente, la compañía tiene 121 locales en el país, 13 en Paraguay y 23 en Uruguay, con un monto de inversión mínimo de u$s 100.000 por sucursal.

"Es más rápido expandirse a nivel local que internacional porque afuera tenés barreras jurídicas, arancelarias, lo que obstaculiza y complejiza el proceso. Pero nosotros elegimos esos mercados por un motivo muy simple y claro, que es que la marca ya tenía un posicionamiento y un reconocimiento que nos antecedía. El trabajo que ha hecho Alpargatas a lo largo de la historia no ha sido en vano", explica Gabo Nazar, fundador de Cardón y dueño de la marca Pampero. La compañía, que pertenecía a Alpargatas, en su momento en manos de la brasileña Camargo Correa, fue adquirida en diciembre de 2012 por Nazar.

"Antes de desembarcar en un nuevo mercado, además de la valoración de marca, analizamos los socios estratégicos de cada lugar. Nosotros concebimos impensable desarrollar un mercado sin tener una pata local", dice y adelanta que proyectan desembarcar en Brasil bajo el sistema de franquicias.

A nivel nacional, si bien Nazar no minimiza las dificultades de la economía argentina en cuanto a los altos costos, la falta de crédito y la apertura de las importaciones, Pampero mantiene sus planes de expansión y proyecta abrir 30 nuevos locales este año y cerrar 2026 con un total de 200 tiendas alrededor del país.

Una promesa pendiente

Sin embargo, las estadísticas también suponen desafíos: a pesar de que todos los años la expansión del sistema crece -el año pasado lo hizo en un 7,6%-, los números todavía no se recuperan a valores de 2020, cuando el crecimiento de franquicias en el país alcanzó un pico de 15% en un solo año, y la tendencia es decreciente.

El contexto recesivo de la primera mitad de 2024 impactó en los resultados. Según un informe de la AAMF, el 26 por ciento de los franquiciantes reportó retornos de la inversión peores a los esperados y un 5 por ciento indicó que fueron mucho peores que los proyectados. Aun así, más de la mitad (53%) declaró haber cumplido con sus objetivos de retorno, y un 17 por ciento logró resultados incluso mejores a los previstos.

A esto se le suma que aún la llegada de empresas internacionales al país no termina de concretarse. Puntualmente, indican fuentes del sector, se debe a la alta carga impositiva argentina, a la baja del consumo interno y a que "todavía no están dadas las condiciones jurídicas y políticas".

"Hay mucho ruido y pocas nueces. En realidad los que vinieron son máster franquiciados de otros países donde opera la marca y que también dicen, ‘vamos para la Argentina'. Es decir que el que invierte termina siendo un argentino, no la empresa extranjera", dice Canudas.

Si bien el desembarco de Victoria's Secret en febrero de este año bajo el Grupo David se puede vislumbrar como una buena señal para el mercado, aún hay más anuncios que aperturas concretas y las marcas que llegan a la Argentina lo hacen a través de inversores locales. En la lista de posibles desembarcos bajo este modelo está la marca de indumentaria brasileña Hering perteneciente al grupo Soma. La empresa, que cuenta con 677 franquicias en Brasil y que en la década de los 90 estuvo presente en la Argentina, anunció que volverá al país a través de su sistema de franquicias.

Aún la llegada de empresas internacionales al país no termina de concretarse. "Todavía no están dadas las condiciones jurídicas y políticas".

Decathlon también tiene previsto regresar a la Argentina para antes de fin de año. La marca francesa llegaría de la mano de Grupo One, una sociedad integrada por el empresario argentino Manuel Antelo y el matrimonio de Sabine Mulliez y Pedro Aguirre Saravia. El grupo ya opera la marca en Uruguay y Paraguay -en Brasil y Chile, Decathlon opera en forma directa- y proyecta traer a la Argentina otras empresas como Kiabi, una marca de indumentaria francesa que ya tiene presencia en Uruguay, y Naterial, dedicada a la venta de muebles de jardín. Por su parte, Pizza Hut, que estuvo en dos oportunidades en la Argentina, evalúa su retorno al país.

"Llegaron dos, tres marcas, pero una tormenta no hace verano. Todavía no se ve al mercado argentino como una oportunidad como sí se ve a Uruguay, a Paraguay, a Brasil, Chile, México. La Argentina no es amigable ni impositivamente ni a niveles de mercado interno, entonces aún no supone un mercado atractivo para las marcas internacionales", sostiene Arce.