Los cambios políticos arrinconanal ajuste en la crisis europea

Las cosas ya no son lo que parecían en la castigada Europa. Luego de darle una forzada bienvenida a los tecnócratas y sus recetas de ajuste redactadas en Berlín, una vuelta de tuerca política está marcando ahora el ritmo del Viejo Continente. Los últimos resultados electorales y los que se avecinan abren serios interrogantes sobre un futuro tan complejo como incierto.

Las recientes elecciones en Francia pusieron de manifiesto un escenario que deja más dudas que certezas. El triunfo del socialista Francois Hollande por sobre el ex presidente Nicolas Sarkozy es leído como un mandato por parte del electorado galo de cambiar el curso de austeridad tomado por Sarkozy desde hace poco menos de un año. Hollande sostiene que es necesario enfocarse en encontrar formas que estimulen el crecimiento y que es ésa y no otra la receta para salir de la crisis. En este escenario, los acuerdos suscriptos -y sobre todo, el enfoque amplio para enfrentar la crisis- por su predecesor ya no parecen ser tan firmes como hace algunas semanas.
Para probar que pese a la nueva postura de su país la intención es seguir tirando del carro de forma conjunta, a sólo horas de asumir su cargo Hollande se subió a un avión rumbo a Berlín para entrevistarse con la canciller alemana Angela Merkel. Junto al Spree, la líder germana decía esperarlo "con los brazos abiertos", por mucho que haya apoyado abiertamente la idea de una reelección de Sarkozy, lo que de paso sumó una cuota extra de tensión al encuentro. Los primeros diálogos durante la campaña -a través de la prensa- ya mostraban que la relación no sería fácil de darse un triunfo del socialista. Ante el discurso de Hollande de que una vez electo renegociaría algunos puntos del pacto de estabilidad, Merkel apuntaba desde Berlín que aquello no era negociable. "No le corresponde a Alemania decidir por Europa", fue la respuesta del francés en el fragor de la campaña que hoy ya es historia. Fue en este el contexto en el que se concretó la cumbre entre ambos líderes hace un par de semanas. La alemana mantuvo firme su posición y aunque el francés no hizo demasiado alboroto, algo deberá mostrar a sus votantes de lo que predicó de acá a las elecciones parlamentarias de junio próximo. Durante la campaña prometió, por ejemplo, que para combatir el desempleo lanzaría un plan de obra pública y que el Estado se haría cargo de la contratación de 60 mil profesores para las escuelas francesas. Por ahora ha insistido en que, de una u otra forma, al pacto europeo de austeridad fiscal se le debe añadir una pata que apuntale el crecimiento, y que Europa debería dejar un poco el "doble comando" en favor de una toma de decisiones más transversal. "Las instituciones europeas han sido descuidadas y algunos países, especialmente los más débiles, han tenido la sensación de enfrentar una junta ejecutiva", dijo después del encuentro. Grecia, es, como siempre, el escenario donde se representa la tragedia.

Talón de Aquiles
Nuevamente las alarmas están encendidas a partir de lo que sucede en Atenas, donde el descontento de los votantes griegos con sus líderes políticos provocó una fragmentación sin precedentes entre las preferencias del electorado en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de mayo. Fue imposible llegar a un acuerdo para la formación de un gobierno de coalición y, tras casi dos semanas de negociaciones, se cortó por lo sano llamando a nuevas elecciones generales para el próximo 17 de junio.
El gran punto de desacuerdo fue, por supuesto, la posición que debería tomarse frente a las imposiciones de Bruselas para disminuir el tamaño de la deuda griega. Los dos partidos de lo que podríamos llamar el establishment político griego, Nueva Democracia y Pazok, perdieron mucho terreno en manos de una coalición de pequeñas fuerzas de izquierda -Syriza- encabezada por el carismático líder Alexis Tsipras, de tan sólo 37 años. El partido Syriza obtuvo un 17% de las preferencias y, sabiendo que las encuestas hoy le dan un apoyo de 28%, bloqueó la formación de un gobierno de coalición con el objetivo, hoy ya alcanzado, de llamar a nuevas elecciones. La posición de Tsipras es que para Grecia es posible renegociar el programa de austeridad -que incluye un recorte en el gasto público de 11.500 millones de euros y que según lo programado debería ser convertido en ley por el Parlamento que resulte electo en junio- acordado con la Unión Europea y el FMI a cambio de un rescate de 130 mil millones de euros. Además, afirma que a pesar de esto el país puede mantenerse dentro de la eurozona. En un país donde el desempleo rasguña el 22% -cifra por encima del 53% entre los jóvenes- las promesas de un vuelco temerario a la situación hechas por Tsipras han encontrado terreno fértil. Por ahora, el gobierno interino se ha comprometido a no tomar ninguna decisión sin consultar a los líderes de los partidos.
Pero Berlín desconfía. En la mentalidad alemana no es posible pensar un desafío exitoso por parte de Grecia. Alemania, con un PBI equivalente a u$s 3,6 billones, crece y mantiene su disciplina fiscal con un ratio deuda/PBI de 82% del producto; mientras que Grecia, con un PBI que sólo equivale a u$s 312 millones (el 3% del total de la eurozona) tiene una deuda que equivale casi al 170% de esa cifra. Hay que decir que las últimas declaraciones de la jefa del FMI, Cristine Lagarde, caracterizando al pueblo griego como personas que en todo momento buscan no pagar impuestos no sirvieron precisamente para aplacar el estado de ánimo, en especial el de los griegos. Todo lo contrario. Además, hasta hace poco, los alemanes tenían el apoyo casi total de Sarkozy, pero con la llegada de Hollande las cosas podrían cambiar.
Todo con las propias elecciones alemanas de fondo, ya que al mismo tiempo que la votación condiciona las nuevas posiciones en París y Atenas, también hubo comicios en el estado más poblado de Alemania: Renania del Norte-Westfalia. Fue para la Unión Demócrata Cristiana, el partido de Merkel, su peor performance histórica en la cuna de Karl Marx, con una reafirmación mayoritaria al gobierno de la gobernadora Hannelore Kraft, del Partido Social Demócrata. La UDC obtuvo el 26,3% de los votos, mientras que el PSD se quedó con el 39% de los sufragios. En Renania del Norte-Westfalia el PSD gobierna en coalición con los verdes, que obtuvieron el 11,5%, y tras los resultados del pasado 13 de mayo, Kraft ha quedado en la línea de largada para ser el rostro de su partido en las elecciones de septiembre de 2013, por mucho que ahora diga estar comprometida con su estado. Sin embargo, aunque el resultado es un revés para Merkel, la victoria del SPD no va en exacta sintonía con lo de Hollande o las elecciones griegas. Kraft no basó su campaña criticando el manejo de la canciller en la crisis, sino que centró su discurso en la educación como política preventiva para mantener la estabilidad económica del estado para el futuro.

Comedia italiana
Italia hizo su aporte a la configuración del nuevo escenario europeo, y lo hizo honrando más de algún cliché sobre la seriedad de los italianos. Esto, porque el gran ganador de las elecciones no fue sino un comediante.
En las elecciones municipales del 6 y 7 de mayo pasados, el gran ganador fue el voto protesta que se destinó en masa al Movimiento 5 Estrellas del satírico humorista Beppe Grillo. Su agrupación se quedó con buena parte de los sufragios haciendo campaña por "una economía distinta para un mundo distinto" y en contra de las reformas privatistas del ex primer ministro Silvio Berlusconi en salud y educación. Esto, entre los que fueron a votar, porque en esta ocasión se presentó a votar un 7% menos de electores que los que lo hicieron en las mismas elecciones hace cinco años.
Y si el gran ganador fue Grillo, los grandes perdedores fueron El Pueblo de la Libertad, de Berlusconi, que cayó de 37,6% en 2008 a 11,6% de las preferencias, y la ultraderechista Liga Norte, en este momento en medio de un escándalo financiero que complica a su fundador, Umberto Bossi, acusado de fraude y estafa por 18 millones de euros. En las preferencias cayó de 6,4% a 2,7%.
"Se están disolviendo en su propia diarrea", graficó Grillo tras el resultado. De todos modos, aunque el Partido Democrático también bajara fuerte en su votación, de 33,9% en 2008 a 16,4%, con sus aliados se transformó en la nueva principal fuerza política italiana, rmando un bloque de centroizquierda que aglutina el 37,7% de los votos, contra el 25,7% de El Pueblo de la Libertad y aliados.
La división del voto implicó que muchos candidatos a alcalde tuvieran que enfrentar una segunda vuelta, en unas elecciones que de una u otra forma han logrado involucrar al gobierno tecnócrata de transición liderado por el ex comisario de la competencia de la Unión Europea, Mario Monti. Esto, porque algunos miembros del partido de Berlusconi adjudican su caída al apoyo que El Pueblo de la Libertad dio a Monti. Si los resultados desfavorables son refrendados en los ballottages, el partido podría retirar su apoyo, precipitando un llamado a elecciones anticipadas cuyos resultados son hoy impredecibles.
Según el analista internacional de la Universidad de Belgrano, Julio Burdman, estos resultados lo que hacen es mostrar "una creciente resistencia al dominio de Berlín sobre la zona euro. Todos los países están pidiendo, de una u otra forma, una cierta renacionalización de la vida política y económica, y que los estados nacionales velen por sus intereses". A la hora de pensar en la continuidad del eje París-Berlín, afirma que Hollande "fue bastante mesurado en sus expresiones desde la campaña en adelante" y que "ambos países están interesados en una reforma del Tratado que les permita involucrar a más miembros en la gestión fiscal de la Unión. Por otra parte, políticamente un Merkollande es más dúctil y promisorio que un Merkozy, ya que se acerca más al ideal del pacto social europeo, esto es la alianza entre conservadores y socialdemócratas para gestionar tiempos difíciles".
En efecto; los tiempos difíciles no se irán de un día para el otro. Aún si todo sale como estaba planeado antes de los nuevos resultados electorales y Grecia hace todos los ajustes que había acordado en su momento -con Alemania después tomando al país heleno para sacudirlo como ejemplo en Madrid, Lisboa e incluso Roma-, de todos modos la deuda griega será muy superior al tamaño de su PBI, y la espada de Damocles se seguirá meciendo sobre el sistema bancario europeo, que es donde, finalmente, reposa toda esta deuda tóxica.
De cualquier forma la situación en este escenario "ideal", trazado a fines de 2011, seguirá siendo delicada. z we

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