

La Argentina se encuentra entre los veinte mayores productores de aluminio mundiales. Del total producido de este insumo -de creciente difusión industrial - el país exporta cerca del 80% (2013). De allí la importancia que, para el desenvolvimiento de esta rama, adquieren el desempeño de la economía internacional tanto en general como lo específico de este particular mercado.
Al respecto, y en vías de superarse el panorama recesivo global, las expectativas apuntan a un mejor desempeño de las economías avanzadas durante 2015 con una aceleración en la tasa de crecimiento, la cual alcanzaría al 3.8% anual. La actividad de la construcción en los EE.UU. acompañaría este desenvolvimiento durante el próximo año con un avance pronosticado del 8%. Este escenario implicaría una mayor presión de la demanda derivada de insumos relacionados, entre los que se enumera el aluminio.
El aluminio se comercia a nivel global bajo distintas presentaciones, si bien los precios se encuentran básicamente referenciados en el lingote que cotiza en London Metal Exchange. El principal país productor es China, con algo más del 50% del total mundial; en el segundo puesto aparece Rusia, que participa entre un 8% y un 9% del total. El porcentaje para la Argentina como país productor es del 1%.
Al margen de ciertos movimientos inusuales en los inventarios, la tendencia 2015 de los precios se corresponde con el nivel de actividad esperado. Según el Banco Mundial, en el promedio de las cotizaciones internacionales del lingote que comprende los terceros trimestres 2014/2013 los precios aumentaron en términos nominales alrededor de un 12%, mientras que durante 2015 aumentaría casi un 3% más.
Vale notar que en la actualidad el precio oscila en torno a los dos mil dólares la tonelada métrica, cifra ésta que si bien se ubica dentro de los niveles que viene mostrando en el segundo semestre del año deberá confirmar cuán robusta es una vez estabilizados el volumen de los stocks.
Más allá de 2015, la tendencia hasta el 2020 estimada por el Banco Mundial señala que, luego de la suba de 2015, los precios del aluminio (en términos reales) proseguirán una suave tendencia declinante probablemente debido a un mayor impulso de la producción, si bien los niveles esperados se encontrarán por encima del 2014.
Este panorama moderadamente alentador debería ser auspicioso también para la Argentina como país exportador neto de aluminio y sus manufacturas. Sus principales clientes son primero Brasil y luego Estados Unidos, economía esta última de la cual se espera una sostenida recuperación.
En suma, pese a la apreciación de la moneda estadounidense en relación al euro y al yen (entre otras), las perspectivas mundiales, en cuanto a una aceleración de la actividad en las principales economías para el 2015, impulsarían los precios para el 2015 en particular vía crecimiento del sector construcción.
A estos factores cabe agregar la creciente utilización de este material en la industria del automóvil, como así también del cableado eléctrico, entre otras aplicaciones. Adicionalmente, las estimaciones de muy largo plazo del Banco Mundial suponen, sin embargo, una tendencia de suave declinación para las cotizaciones.











