La Casa Rosada gestiona una audiencia privada entre el Papa Francisco I y el conductor de televisión Marcelo Tinelli, que comparte con el Sumo Pontífice la devoción por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro. El pedido de audiencia ya está en manos de Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario privado del Papa Emérito Benedicto XVI. Cristina Fernández de Kirchner autorizó la gestión oficiosa a favor de Tinelli cuando el Secretario de Culto, embajador Guillermo Oliveri, entregó en Roma al Papa Francisco una elegante caja que contenía un sobre cerrado y una camiseta de San Lorenzo. El gobierno pretende usar la audiencia del Papa y el Showman para las elecciones de 2013, y Tinelli quiere la foto con Francisco para potenciar los negocios internacionales de San Lorenzo, que pierde millones de pesos al año.

Antes de asumir el trono de San Pedro, Francisco era Jorge Bergoglio y vivía en la Argentina, una circunstancia que juega a su favor para entender las relaciones de poder entre Cristina y Tinelli, la compra de Canal 9 y la necesidad de mejorar la imagen del gobierno frente a los comicios de octubre. El Papa no hará nada para que la Presidenta gane las elecciones y Tinelli venda millones de camisetas de San Lorenzo alrededor del mundo. Aunque el Tedeum del 25 de Mayo regrese a la catedral porteña y los Cuervos sean campeones del Torneo Final.

El pedido de audiencia para Tinelli ingresó a la Casa Pontificia antes que regresara Cristina Fernández a Buenos Aires, tras participar en Roma de la asunción de Francisco I. El Prefecto Gänswein recibió la solicitud y pidió tiempo para responder al pedido oficioso del gobierno argentino, que la Casa Pontificia colocó bajo el nombre de Guillermo Oliveri, secretario de Culto de la Presidencia.

Yo no tramité nada, no tengo nada que ver, contestó Oliveri cuando este diario le preguntó acerca de las gestiones que se hacían para lograr un cónclave entre el Papa y el conductor de televisión.

-¿No hizo nada para Tinelli?-, insistió El Cronista.

-Sólo entregué una camiseta de San Lorenzo. Se la di al Papa. Estaba en una caja, junto a un sobre cerrado. Eso fue todo-, aseguró el secretario de Culto, mientras jugaba con su vaso de agua mineral helada.

La gestión oficiosa en el Vaticano apunta a mezclar a Cristina con Francisco y Tinelli, que se transformarían así en la principal arma electoral del gobierno. La Casa Rosada pretende que el conductor vincule en su próximo programa de televisión a la Presidenta con el Papa, que ha logrado importantes índices de audiencia en los medios electrónicos. Para los estrategas del Gobierno, Cristina y Francisco como figuras principales del Show de Tinelli, serían una formidable herramienta electoral contra la inflación y la caída adquisitiva del salario.

Un Papa argentino, hincha de San Lorenzo y venerado Urbi et Orbi desataron las ambiciones globales de Tinelli y sus socios. Sin medir demasiado las consecuencias institucionales, iniciaron un trámite administrativo en Roma para lanzar un Papamóvil con los colores de San Lorenzo que recorrería las calles más importantes del viejo Imperio. In limine, por improcedente, la presentación fue rechazada por el municipio romano.

No obstante, y sin perder tiempo, Tinelli y sus socios evalúan abrir ahora un local en las cercanías de la Plaza de San Pedro con una marquesina gigantesca que mostraría a Francisco vistiendo la camiseta de San Lorenzo. En el local ubicado sobre la Via della Conciliazione, se vendería la casaca de los Cuervos y habría una conscripción internacional de socios, con una cuota anual en euros o dólares, pagada en efectivo o con tarjeta de crédito. El Showman pretende vender un millón de camisetas a los turistas extranjeros que visitan Roma, apalancado con una fotografía que lo exhiba sonriente junto a Francisco en El Vaticano.

Tinelli está en París. Llegó para festejar su cumpleaños y mirar fútbol internacional. Aguarda con cierta tensión que le llegue el mensaje esperado mientras fatiga sus contactos en el gobierno y en la periferia del poder para lograr la audiencia con el Papa. Tinelli se queda en Europa hasta mediados de abril, y espera con entusiasmo que se abran las puertas del Vaticano.No sucederáFrancisco conoce la trama de poder que mezcla a Cristina y Tinelli, las ambiciones electorales de la Presidente y los intereses que empuja el conductor más popular de la Argentina. El Papa ya tiene sus propios problemas para resolver en El Vaticano, y no se prestará a una jugada local con olor a campaña, la eventual compra de un canal de televisión y la venta de camisetas de San Lorenzo con su nombre en la espalda.

Cristina y Tinelli deberán buscar otro camino para lograr sus ambiciones políticas, mediáticas y económicas.

Aunque en el Gobierno y en Ideas del Sur piensen distinto, el Papa Francisco está para otros menesteres.