Los que somos amantes de los comics conocemos al profesor Charles Francis Xavier, fundador y líder del grupo X-Men. El poder más grande de este mutante consistía en la telepatía, una capacidad para comunicarse e influir en otros individuos a través de la mente. La pregunta es: ¿Esto es posible en el mundo real fuera de los comics? ¿Cuál es el poder real de la mente? ¿Qué conocemos de ella? ¿Qué conocemos del cerebro? ¿Somos capaces de crear dispositivos que puedan utilizar las ondas cerebrales de nuestro cerebro para interactuar con el ambiente?

Se me ocurren muchas preguntas más, desde las filosóficas hasta las científicas pero, como mi profesión es la informática, voy a tratar de abordar el tema desde la tecnología.

Sabemos que el cerebro es un órgano complejo que emite ondas y que tiene un gran potencial sin explotar. En la actualidad, existe diversidad de dispositivos que tienen la capacidad de escuchar la actividad de todo el cerebro a través de sensores. Si bien los neurocientíficos han tenido diferentes opiniones sobre estos tipos de dispositivos, éstos son cada vez más frecuentes, fundamentalmente, en el área de la investigación y en la de videojuegos. La lectura de ondas cerebrales, su interpretación y posterior traducción a comandos específicos para el accionamiento de un dispositivo es una tarea sumamente compleja, más aún cuando se necesita una precisión en la acción deseada. Esta dificultad viene dada simplemente por la complejidad misma del cerebro.Intensidad de concentraciónLas aplicaciones que procesan lo que captan los sensores de estos lectores de ondas cerebrales poseen algoritmos que están diseñados, fundamentalmente, para medir la meditación y la atención de la función cerebral. La meditación indica el nivel de relajación o calma mental de una persona. Si dicha persona está relajada, el nivel de meditación aumenta. Por el contrario, cuando una persona se encuentra estresada, el nivel de meditación disminuye. En cambio, la atención indica la intensidad de concentración de una persona. Aumenta el nivel de atención cuando la persona se centra en un solo pensamiento o se focaliza en un objeto y disminuye cuando está distraído.

Hay dispositivos más complejos que tienen más capacidades de lectura cerebral. Estos dispositivos están disponibles en el mercado y el precio comienza en alrededor de los u$s 100 para una diadema compuesta por dos sensores con la capacidad de medir la meditación, atención y la característica de detectar el parpadeo del usuario y la intensidad del mismo.

En UADE, estamos trabajando con este tipo de dispositivos que leen las ondas cerebrales y hemos inaugurado un Laboratorio de Realidad Aumentada. Creamos juegos que reaccionan, según los impulsos cerebrales, y mediante dichos juegos estudiamos el comportamiento de estos dispositivos con la idea de crear aplicaciones que permitan, a través de estos lectores, facilitar la vida de las personas que posean alguna disfunción motriz, visual o auditiva.La complejidad del cerebroMe imagino un futuro donde las sillas de ruedas puedan accionarse mediante estos dispositivos de lectura de ondas cerebrales. Abrir puertas, prender luces, abrir y cerrar persianas, manejar controles remotos son otros tipos de aportes que mejorarán, sin lugar a dudas, la vida de las personas.

¿Qué más podemos esperar de este tipo de dispositivos? La respuesta es tan enigmática como la complejidad de nuestro cerebro.