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El crecimiento militar de Brasil ya no es solo una cuestión regional. Con una estrategia de expansión sostenida, inversiones crecientes en defensa y una proyección cada vez más ambiciosa, el gigante sudamericano se ha convertido en un factor que preocupa a las grandes potencias del mundo.

En un contexto de tensiones internacionales y reconfiguración del poder global, Brasil busca consolidarse como una potencia militar con capacidad de influencia fuera de América Latina, un movimiento que altera los equilibrios tradicionales.

Tecnologías de última generación e industria nacional: este es el ejército más poderoso de Latinoamérica

De acuerdo con el índice Global Firepower 2025, Brasil ocupa el puesto 11° a nivel mundial y el primero en América Latina, superando ampliamente a México, Argentina o Chile. Su presupuesto de defensa supera los USD 24.000 millones anuales, cifra que se proyecta en alza hasta 2026, con un incremento de más del 6 %.

El país lidera la región con más de 366.000 efectivos activos y 1,3 millones en reserva, además de una flota aérea y naval en constante modernización. Su alianza con Saab para producir los aviones de combate Gripen NG -con tecnología compartida y producción en territorio brasileño- representa un salto cualitativo: por primera vez, una nación latinoamericana incorpora aviones de generación avanzada en su industria militar.

En paralelo, su programa de submarinos nucleares (PROSUB), desarrollado junto con Francia, avanza en el diseño del primer submarino nuclear de América Latina, una capacidad que solo poseen un puñado de países en el mundo.

Brasil tiene el ejército más poderoso de América Latina y busca proyectar su influencia en el mundo. Fuente: Archivo.
Brasil tiene el ejército más poderoso de América Latina y busca proyectar su influencia en el mundo. Fuente: Archivo.AFP

Brasil desafía el equilibrio global: la nueva potencia militar latinoamericana que inquieta a las grandes potencias

Para Estados Unidos, la expansión militar brasileña representa un desafío silencioso pero concreto. Si bien ambos países mantienen cooperación diplomática y comercial, Washington observa con cautela el creciente acercamiento de Brasil a China y Rusia, tanto en el marco de los BRICS como en proyectos de cooperación tecnológica y defensa.

Beijing, por su parte, ve en Brasil una plataforma ideal para fortalecer su influencia en el Atlántico Sur y en las rutas marítimas que conectan con África.

Europa también sigue de cerca este proceso. La venta de aviones de transporte militar Embraer C-390 Millennium a países de la OTAN, como Países Bajos y Suecia, evidencia que Brasil ya es exportador de tecnología militar de alto nivel, un logro impensado hace dos décadas. Esa autonomía tecnológica, sumada a su poder demográfico y a su posición geográfica estratégica, lo convierte en un nuevo actor de peso en el equilibrio global.