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Un sistema meteorológico de gran intensidad mantiene bajo amenaza a millones de personas en la Costa Este de Estados Unidos, con previsiones de lluvias torrenciales, inundaciones repentinas y trastornos severos en el transporte.

Las advertencias se extienden desde Carolina del Norte hasta Nueva Inglaterra, abarcando nueve estados y el área metropolitana de Washington, DC.

Alerta por tormentas extremas en más de la mitad del país

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) activó alertas por precipitaciones extremas para más de 44 millones de habitantes, con acumulados que podrían superar los 12 centímetros en puntos críticos durante la tarde y noche.

Las ciudades más expuestas incluyen Washington, Baltimore, Filadelfia, Newark y Hartford, todas bajo riesgo elevado de inundaciones urbanas.

Un sistema meteorológico de gran intensidad mantiene bajo amenaza a millones de personas en la Costa Este de Estados Unidos. Imagen: archivo.
Un sistema meteorológico de gran intensidad mantiene bajo amenaza a millones de personas en la Costa Este de Estados Unidos. Imagen: archivo.

La zona metropolitana del Atlántico medio enfrenta un riesgo meteorológico de nivel 3 sobre 4, lo que significa que existe alta probabilidad de daños materiales, rescates acuáticos y cortes en servicios públicos. Las autoridades han recomendado evitar desplazamientos durante las próximas horas, especialmente en regiones donde el suelo ya está saturado.

Según el NWS, hay sectores donde las precipitaciones acumuladas en dos semanas triplican el promedio habitual, lo que incrementa las probabilidades de desbordes, deslaves y evacuaciones. En ciudades como Greensboro y Binghamton, ya se han reportado emergencias vinculadas a la crecida repentina de arroyos y desagües colapsados.

Nueva York y Massachusetts ya sufren las consecuencias

En las últimas 72 horas, varias zonas de Nueva York y Massachusetts han recibido hasta 11,5 centímetros de agua, afectando infraestructura urbana, estaciones de metro y calles residenciales. Las imágenes de estaciones inundadas y vehículos arrastrados por la corriente se replican en redes sociales, mientras los equipos de emergencia trabajan sin descanso.

Un informe reciente del grupo Climate Central advierte que la frecuencia de estos eventos extremos se ha incrementado un 90% desde 1970 en las grandes ciudades de Estados Unidos, como resultado del cambio climático y el aumento sostenido de la temperatura global.

El impacto del cambio climático y la infraestructura colapsada

El fenómeno se ve agravado por la combinación de aire cálido y húmedo, la falta de vientos en altura y el déficit de infraestructura adecuada. En muchas ciudades, los sistemas de drenaje fueron diseñados para tormentas de menor intensidad, lo que deja expuestas a calles, túneles y zonas residenciales ante lluvias como las actuales.

Además, la proliferación de superficies impermeables -como el concreto y el asfalto- impide la filtración natural del agua, lo que satura los sistemas pluviales y acelera las inundaciones.

Vigilancia por formación ciclónica frente a Florida

Mientras tanto, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) monitorea un sistema de baja presión en el norte de Florida y las Bahamas noroccidentales, que podría evolucionar hacia una tormenta tropical en los próximos días. Aunque por ahora tiene solo un 30% de probabilidad de desarrollo, el organismo advierte que podría desatar fuertes lluvias en la costa del Golfo, incluso sin formación ciclónica.

Meteorólogos como Jake Lambright y Kristin Walla coinciden en que se trata de un fenómeno que debe seguirse de cerca, ya que el entorno atmosférico "es favorable para un fortalecimiento gradual".

La NOAA ya anticipó que la temporada de huracanes del Atlántico 2025 será más intensa que el promedio: se esperan entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales hasta 5 podrían alcanzar categoría de huracán mayor. La temporada se extiende desde junio hasta noviembre, y este tipo de eventos -como el actual- podrían convertirse en la norma en lugar de la excepción.