

El maquiavélico plan del presidente Donald Trump vuelve a hacer ruido y a encender focos rojos en el debate migratorio. Esta vez, su estrategia para controlar la frontera sur de Estados Unidos incluye movimientos poco convencionales como desplegar al Ejército para frenar el flujo migratorio e incluso deportar a más migrantes mexicanos.
Según informaron varios funcionarios estadounidenses, esta medida está bajo la lupa del Pentágono, que evalúa si encaja o no dentro del marco legal.
Donald Trump despliega militares en la frontera de México para controlar la migración
El 12 de abril, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que autoriza el envío de tropas a lo largo de más de mil kilómetros en la línea divisoria entre México y Estados Unidos. Si la iniciativa avanza como lo planea, una parte importante de esa zona pasaría a estar controlada por fuerzas militares, abriendo la puerta a la detención de migrantes de forma directa.
Funcionarios que hablaron con la agencia AP señalaron que esta jugada podría ser una forma de esquivar la normativa actual, que prohíbe a las fuerzas armadas participar en tareas de seguridad interna. Aunque por ahora, el plan no tiene vía libre y podría toparse con barreras legales en los tribunales.

Entre los puntos más relevantes que se conocen hasta ahora:
El Pentágono está analizando si esta acción se sostiene jurídicamente.
La Casa Blanca explicó que el Secretario del Interior permitirá al Secretario de Defensa usar partes de la Reserva Roosevelt que aún no han sido transferidas.
El Comando Norte de Estados Unidos publicó imágenes de una reunión con altos mandos mexicanos para coordinar esfuerzos en la frontera.
Coordinación militar entre Estados Unidos y México en medio del maquiavélico plan de Donald Trump
Mientras Donald Trump afina su maquiavélico plan para deportar a más migrantes mexicanos, la cooperación entre las fuerzas armadas de ambos países se mueve en paralelo.
El 14 de abril se celebró un encuentro entre autoridades militares de Estados Unidos y México, enfocado en operativos conjuntos en la zona limítrofe.

Desde el lado mexicano, también hubo decisiones importantes:
En febrero, la administración de Claudia Sheinbaum desplegó 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera para combatir el tráfico de drogas, especialmente de fentanilo.
El Senado de México dio luz verde el 9 de abril al ingreso de 13 militares estadounidenses y un avión C-130 Hércules, como parte de su participación en la Feria Aeroespacial México 2025.
El escenario se presenta complejo y está en plena transformación. Las intenciones de controlar la frontera con apoyo militar, en sintonía con autoridades mexicanas, dejan claro que Donald Trump sigue firme en su idea de aplicar mano dura. Todo esto bajo una narrativa de seguridad nacional que prioriza deportar a más migrantes mexicanos, a cualquier costo.


