

Gastón Parisier es uno de los fundadores de BigBox, la firma que hace cinco años importó el concepto europeo de regalar experiencias e impulsó su desarrollo en la Argentina. Hoy, en pleno proceso de expansión por la región, apuesta al desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas para un proceso de compra cada vez más online.
¿Cómo atraviesan este contexto de consumo en baja?
Empleados, clientes y accionistas son las tres patas con las que tenés que lidiar. Tenemos una estructura de 50 personas en la Argentina, cuatro en Chile, cuatro en Perú y cuatro en Uruguay. En el contexto argentino es complicado mantener el poder adquisitivo, con lo cual, para justificar mejores condiciones salariales, dimos más responsabilidad a la estructura de acá para el resto de los países. Con los clientes, aumentamos nuestro abanico de productos para que la suba de precios no lo convierta en un regalo inaccesible. Tenemos más regalos y experiencias en el rango de los $ 200 a $ 500. Y con nuestros activos armamos nuevas unidades de negocios.
¿Cuáles son?
Una plataforma donde todas las experiencias de Bigbox son calificadas por los usuarios. En pocos meses va a será la referencia más importante del país. Solamente se podrá dejar un comentario si efectivamente fuiste al lugar porque se requiere un código. Todas las experiencias que superen un 95% de calificaciones positivas pasan a un nuevo site que hace marketing online en Estados Unidos y Europa, para que los turistas elijan dónde ir a comer, compren y reserven su experiencia.
Una especie de auto regalo
Antes tenías una cajita de regalos y ahora tenés una plataforma de venta de experiencias para europeos y americanos. Es sacarle más jugo a la naranja, pero no nos cambia el negocio. En Latinoamérica no es tan fácil saber dónde ir y el 90% de las decisiones las toman los conserjes de los hoteles.
¿Se observa un recorte de gastos en obsequios?
Todavía no está anulado. La cosa está pausada. Los presupuestos están en stand by. No estamos en una recesión ni cerca porque el océano de crecimiento es muy grande.
¿Qué crecimiento esperan?
Diagnosticaba un 100% y creo que va a ser del 40%. Nadie se puede quejar.
¿Cómo se reparten las ventas entre segmento corporativo y cliente final?
Estamos en 50 y 50.
¿Dónde esperan crecer más?
En el consumidor final. Toda la estrategia va hacia allí. Veo 200.000 personas con una aplicación en el teléfono que llegan sin regalo a un cumpleaños, eligen a la persona y compran. Mi foco es 100% tecnológico. Una plataforma inteligente capaz de detectar los gustos de las personas y sugerir experiencias. Cuando empecé esta compañía me encantaba tener dos clientes corporativos que gasten $ 2 millones cada uno, pero hoy prefiero tener 100.000 usuarios que gasten $ 200. El riesgo de las cuentas grandes es altísimo.
¿Tienen casos de regalos que no son canjeados?
Muy pocos. Los de estadías se usan en un 100 por ciento.
¿Cómo los afecta la inflación, cuando pueden pasar meses entre la compra del regalo y su canje?
Es una mezcla entre ciencia y magia. Pero uno ya está acostumbrado a que en Argentina todo es complicado. En la Argentina todo es complicado. La estructura de impuestos es difícil de entender y por eso le va muy mal a los competidores de afuera. Empresas de tecnología y de servicios españolas, mexicanas y brasileñas se tuvieron que ir. Uno ya vive un contexto complicado y tocar una variable no es algo que amenace al negocio. Es trabajar y no sentir que es el fin del mundo.
¿Cuántas de las ventas de cajitas de regalo hoy se hacen online?
La mitad. Creemos que va a terminar siendo 50% de ventas online, 25% en retail y 25% para el segmento corporativo.


