La Argentina tiene cinco sectores estratégicos -agroindustria, energía, minería, turismo y economía del conocimiento- que podrían incrementar un 40% sus niveles de empleo, 60% su producción, aumentar en 75% sus inversiones y crecer más de 150% en exportaciones durante los próximos 10 años. Pero, para eso, necesitan condiciones: estabilidad macro, previsibilidad fiscal, dinamización del mercado laboral, menor presión tributaria -como la eliminación de retenciones a la exportación e impuestos distorsivos- y, fundamentalmente, reglas claras, institucionalidad.
Esas fueron las conclusiones del panel "Sectores de alto impacto", en el que, moderados por Roberto Alexander (vicepresidente primero de IDEA y titular de IBM) y Cecilia Giordano (directora de IDEA y número uno de la consultora Mercer), nueve CEOs expusieron en la jornada inaugural del Coloquio que se desarrolla en Mar del Plata el potencial -y qué necesitan- cada una de esas industrias, que, en conjunto, emplean a 6 millones de personas, producen por u$s 160.000 millones anuales, exportan u$s 70.000 millones, invierten u$s 19.000 millones y generan un aporte fiscal de u$s 44.000 millones.
"La dificultad macro y los problemas de acceso a divisas hoy hacen que esos sectores pierdan competitividad para exportar. Pero, a pesar de eso, traccionan, tienen un potencial enorme", describió Alexander.
"Necesitamos reglas claras. Tener un dólar único, no lo que nos pasa ahora, con 20 tipos de dólares diferentes. Me encantaría que fuéramos Perú", aseguró el empresario rural Ignacio Lartirigoyen, en alusión a Julio Velarde, titular del Banco Central de ese país, cuyo panel había sido algunos minutos antes. "También son necesarias condiciones para generación de empleo. Que no tengamos miedo de generarlo", apuntó.
Por su parte, otro hombre del campo, Mariano Bosch, CEO de Adecoagro, apuntó al plano impositivo. "Obviamente, las retenciones, empezando por los bienes y productos de mayor valor agregado", afirmó. También reclamó una "simplificación tributaria, eliminando distorsiones fiscales" y mejoras logísticas, para lo cual, indicó, "con una simplificación burocrática, hay una oportunidad relevante".

Actualmente, la agroindustria contribuye con u$s 27.000 millones anuales en términos fiscales. Eso, según los CEOs del campo, puede crecer 20%, inclusive, con reducción de derechos de exportación. "El aporte fiscal puede incrementarse sin retenciones", aseguraron.
Bosch también destacó un tema vital para su sector: la protección de propiedad intelectual. "A las empresas, nos permitirá crecer e invertir en investigación y desarrollo. La Ley de Semillas es una de las cosas que se incluyen en las medidas necesarias", expuso.
Minería: respeto a la ley y mayor "entendimiento" de la actividad
También los empresarios mineros focalizaron en lo regulatorio. "La Ley de Inversiones Mineras es un instrumento muy bueno. Lamentablemente, no es respetada", observó Ignacio Celorrio, presidente para América latina de Lithium Americas. "El respeto a esa ley dará un impulso muy grande al sector. Obviamente, necesitamos el acceso a divisas. Si bien somos netamente exportadores, no todos los insumos de una mina se pueden producir la Argentina", agregó.
Según Celorrio, es fundamental que "se entienda" al negocio minero. "Lamentablemente, la minería fue un eterno potencial. No sólo necesita apoyo y consenso social de las provincias donde se desarrolla. También, a nivel nacional". Comparó números: Chile produce u$s 40.000 millones anuales; la Argentina, u$s 4000 millones.
"Actualmente, la actividad minera dinamiza más de u$s 1800 millones de inversión. En los próximos 10 años, pueden ser más de u$s 3800 millones", apuntó Franco Mignacco, presidente de Minera Exar. El aporte fiscal directo (u$s 1100 millones) podría triplicarse.

Energía: del cambio de paradigma de Vaca Muerta a las tareas pendientes
"Hoy en día, el sector energético está invirtiendo u$s 7500 millones por año. Para producir y exportar más gas, para llegar a 1,5 millones de barriles de petróleo de producción, habría que ir a u$s 15.000 millones, sin considerar las inversiones en plantas de GNL, que requieren unos u$s 8000 millones cada una", dimensionó, por su parte, Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, la energética del Grupo Techint.
"Para eso, hay que invertir en upstream. Traer más equipos de perforación, de fractura, construir más plantas de tratamiento, más gasoductos, más oleoductos. Ya se empezaron a dar pasos. El sector entendió que esta industria es clave. No siempre con las mejores políticas. Pero lo entendió", agregó.
Con esos u$s 14.000 millones anuales de inversiones, se pueden llegar a u$s 36.000 millones de exportaciones energéticas, subrayó, "si hacemos las cosas bien, con reglas claras".
"Vaca Muerta cambió el paradigma de la Argentina. La oportunidad es extraordinaria. Pero, para llevar la producción de petróleo a 1,5 millones de barriles diarios, no podemos seguir viviendo con el desacople del precio externo e interno que tenemos. Hoy, el productor local recibe u$s 56 por barril y, en el mercado internacional, está arriba de u$s 80", explicó Markous.
"La roca es muy buena, comparable e incluso mejor que la de los Estados Unidos. Las productividades son similares. Pero, hoy, la Argentina sólo exporta el 15% de la producción de petróleo. Pedirle al inversor que venga sin una regla clara de cómo venderá ese crudo al mercado interno es muy difícil", planteó.
Por su parte, Paula Cristi, CEO de Despegar, enumeró prioridades para el turismo: más financiamiento para fomentar el turismo interno y aumentar la inversión en infraestructura para que haya mayor conectividad y competencia aérea. "Que cada extranjero que venga pueda visitar muchos destinos en un solo viaje", ilustró. También pidió una reducción de la carga impositiva en los vuelos internacionales y "acompañar las distintas prácticas regulatorias globales para que más líneas aéreas se interesen por venir a la Argentina".

Para la economía del conocimiento, Sofía Vago (CEO de Accenture) y Wanda Weigert (Globant) apuntaron a la necesidad de reglas claras, no sólo para la definición de inversiones, sino también para la retención de su principal capital: el talento.
"Países vecinos nuestros están creciendo muchísimo. Un poco, por el uso de la fuga de nuestro talento y otro, por reglas claras y focalizadas", dijo Vago. Para 2026, en el mundo, se invertirán u$s 3,4 billones en transformación digital. "Nosotros exportamos sólo u$s 8000 millones", contrastó Weigert. Ese número, en una década, podría llegar a u$s 24.000 millones. "Sin reglas claras, nos costará ese crecimiento. Estamos viendo la oportunidad global. Pero necesitamos un entorno macro estable: eliminar las restricciones cambiarias, libre disponibilidad de divisas para importar insumos tan básicos como computadoras", retomó la CEO local de Globant.
"Hoy, vemos una tendencia: los jóvenes se van. No piensan que tienen la posibilidad de desarrollarse acá. Esta industria está basada en talento, en capital humano. Si lo perdemos, no tenemos posibilidad de crecer", advirtió.



