

Científicos de la Universidad de Londres y la Universidad de la República en Montevideo han encontrado que la práctica de tomar siestas puede contribuir a aumentar el tamaño del cerebro.
Además, este hallazgo sugiere que podrían desempeñar un papel en la preservación de la salud cerebral, ralentizando el proceso de atrofia cerebral asociado con el envejecimiento.

La siesta: el secreto para que tu cerebro sea hasta 7 años más joven
La investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Londres y la Universidad de la República en Montevideo fue publicada en Sleep Health, generando gran controversia debido a sus afirmaciones.
En un análisis de personas de entre 40 y 69 años, se descubrió que aquellos que suelen tomar siestas presentan un cerebro más voluminoso.
El equipo propuso que la diferencia promedio en el volumen cerebral entre quienes duermen la siesta y quienes no lo hacen podría equivaler a hasta 6,5 años de envejecimiento.
Este descubrimiento sugiere que la siesta podría ser una estrategia sencilla pero efectiva para mantener un cerebro sano y activo a medida que nos volvemos más grandes.
De esta manera, Victoria Garfield, autora principal, explicó que las siestas cortas podrían "ayudar a preservar la salud del cerebro a medida que nos hacemos más viejos".
¿Por qué mantener el tamaño del cerebro es importante?
Generalmente, un cerebro más grande implica una mayor cantidad de neuronas, las células fundamentales para el procesamiento de información.
Más neuronas pueden significar también una mayor capacidad para formar conexiones, lo que a su vez se relaciona con una mayor complejidad cognitiva.
Asimismo, un cerebro más grande podría actuar como una "reserva cognitiva", protegiéndonos contra el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento y reduciendo el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.

¿Cuánto debe durar una siesta?
Si bien el artículo no detalla una duración recomendada, resultados previos sugieren que una siesta de 30 minutos puede proporcionar beneficios cognitivos significativos a corto plazo, sin interferir notablemente con el sueño nocturno.
Dormir más de este tiempo puede llevar a una sensación de cansancio y desorientación.
Además, es crucial elegir el momento adecuado. La franja ideal es entre las13:00 y las 15:00 horas, ya que durante este periodo el cuerpo experimenta una caída natural de energía como parte de su ciclo circadiano.




